LD (EFE) La nueva subida de la cotización del barril del petróleo de referencia de la OPEP se produce de forma paralela al incremento de otros crudos de referencia hasta niveles no vistos en los últimos 14 años, es decir desde antes de la Guerra del Golfo en 1990.
Según los analistas, el ataque a una central petrolífera en la ciudad saudí de Yambo el pasado sábado, que causó seis muertos, parece reflejar un cambio de la estrategia terrorista en Arabia Saudí, el mayor exportador mundial de crudo y "peso pesado" de la OPEP, al atentar por primera vez contra un objetivo de la industria petrolera.
Esta situación ha aumentado los temores a un eventual corte de los suministros de Oriente Medio, ya patentes por el empeoramiento de la seguridad en Irak y agravados tras el ataque suicida perpetrado hace dos semanas cerca de una plataforma petrolífera iraquí, que causó la interrupción durante 27 horas de las exportaciones de crudo desde el puerto de Basora.
Esos temores impulsan los precios al alza al producirse en medio de un ambiente de crecimiento de la demanda mundial de crudo y con reservas almacenadas relativamente bajas en EEUU, el principal mercado de consumo energético, donde persiste la preocupación de que pueda producirse una escasez de gasolina en los próximos meses.
La OPEP insiste en que la subida de los precios se debe a factores que escapan a su control y defiende, en su último boletín, como adecuada la medida sancionada el pasado 31 de marzo en Viena, de reducir en un millón de barriles diarios (mb/d) su cuota total de producción, que quedó fijada en 23,5 mb/d a partir de abril.
Según los analistas, el ataque a una central petrolífera en la ciudad saudí de Yambo el pasado sábado, que causó seis muertos, parece reflejar un cambio de la estrategia terrorista en Arabia Saudí, el mayor exportador mundial de crudo y "peso pesado" de la OPEP, al atentar por primera vez contra un objetivo de la industria petrolera.
Esta situación ha aumentado los temores a un eventual corte de los suministros de Oriente Medio, ya patentes por el empeoramiento de la seguridad en Irak y agravados tras el ataque suicida perpetrado hace dos semanas cerca de una plataforma petrolífera iraquí, que causó la interrupción durante 27 horas de las exportaciones de crudo desde el puerto de Basora.
Esos temores impulsan los precios al alza al producirse en medio de un ambiente de crecimiento de la demanda mundial de crudo y con reservas almacenadas relativamente bajas en EEUU, el principal mercado de consumo energético, donde persiste la preocupación de que pueda producirse una escasez de gasolina en los próximos meses.
La OPEP insiste en que la subida de los precios se debe a factores que escapan a su control y defiende, en su último boletín, como adecuada la medida sancionada el pasado 31 de marzo en Viena, de reducir en un millón de barriles diarios (mb/d) su cuota total de producción, que quedó fijada en 23,5 mb/d a partir de abril.