L D (Agencias) El informe presentado por el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, reseña que las favorables perspectivas para el futuro próximo no deben ocultar los riesgos que suscita la prolongación de un patrón de crecimiento fuertemente basado en el consumo y la construcción y con reducidos avances de la productividad.
Los principales problemas que presenta la economía española tienen que ver con la competitividad, donde confluyen los diferenciales de precios y costes y el reducido aumento de la productividad, y con la situación financiera de las familias, afectada por el continuo incremento del endeudamiento y por el encarecimiento de la vivienda.
En este sentido, el informe correspondiente a 2004 señala que la sobrevaloración de los inmuebles, entre un 24 y un 35 por ciento por encima de su valor real, se ha acentuado respecto a 2003, cuando los precios de la vivienda sobrepasaban entre el 14 y el 23 por ciento su valor real, informa Efe.
La variación respecto a 2002 es aún mayor, ya que la sobrevaloración de la vivienda se cifraba a mediados de ese año entre el 8 y el 20 por ciento, en función de los distintos modelos de cálculo utilizados. El Banco de España cree que ese incremento ficticio se irá difuminando conforme se desacelere la tasa de crecimiento del precio de la vivienda, que se situó en el 17,45 por ciento el año pasado, por encima del ratio registrado en 2003, en torno al 16 por ciento. Desde 1997, los activos inmobiliarios se han revalorizado el 158 por ciento y un 110 por ciento si se excluyen los efectos del IPC.
La variación respecto a 2002 es aún mayor, ya que la sobrevaloración de la vivienda se cifraba a mediados de ese año entre el 8 y el 20 por ciento, en función de los distintos modelos de cálculo utilizados. El Banco de España cree que ese incremento ficticio se irá difuminando conforme se desacelere la tasa de crecimiento del precio de la vivienda, que se situó en el 17,45 por ciento el año pasado, por encima del ratio registrado en 2003, en torno al 16 por ciento. Desde 1997, los activos inmobiliarios se han revalorizado el 158 por ciento y un 110 por ciento si se excluyen los efectos del IPC.
Y es que los préstamos para la adquisición de vivienda crecieron al mayor ritmo de los últimos años, un 23 por ciento, mientras que los destinados al consumo aumentaron a una tasa mucho más moderada e incluso inferior a la del ejercicio anterior, el 11 por ciento. El Banco de España explica esta expansión por el reducido nivel de tipos de interés, por la revalorización de los activos inmobiliarios y por el contexto de dinamismo económico en el que se ha mantenido la economía española.