LD (EFE) El esfuerzo de los españoles para adquirir una vivienda supone este año el 40 por ciento del salario bruto medio anual, un porcentaje que en 2004 alcanzará el 46,6 por ciento, según el Servicio de Estudios del BBVA, a pesar de la previsible ralentización de los precios de la vivienda.
Mientras que el precio de las viviendas seguirá aumentando el año que viene –aunque más despacio– y el esfuerzo para adquirirlas también, la capacidad de endeudamiento de las familias se mantendrá, ya que, según el BBVA, el repunte de los tipos de interés se compensará con las subidas salariales.
El Servicio de Estudios del banco añade en su informe que el previsible aumento de los tipos de interés conllevará, también, una moderación de la demanda de viviendas, lo que a su vez hará que descienda el número inmuebles construidos. De esta forma, irá aumentando también el tiempo que se tarda en vender una vivienda y, por lo tanto, también se incrementará la oferta de inmuebles y la estabilidad de los precios, algo que se plasmará en 2005.
Esta estabilidad se constatará antes en las viviendas de segunda mano que en las nuevas, cuyos precios aumentaron durante este año más que los de las usadas. Concretamente, los precios de las viviendas de segunda mano aumentaron el 20 por ciento en las ciudades de más de medio millón de habitantes y casi el 30 por ciento en Madrid y su área metropolitana. En cualquier caso, y a pesar de los fuertes incrementos registrados durante los últimos años, los precios de las viviendas españolas aún no representan más que el 85 por ciento de la media europea.
El Servicio de Estudios del banco añade en su informe que el previsible aumento de los tipos de interés conllevará, también, una moderación de la demanda de viviendas, lo que a su vez hará que descienda el número inmuebles construidos. De esta forma, irá aumentando también el tiempo que se tarda en vender una vivienda y, por lo tanto, también se incrementará la oferta de inmuebles y la estabilidad de los precios, algo que se plasmará en 2005.
Esta estabilidad se constatará antes en las viviendas de segunda mano que en las nuevas, cuyos precios aumentaron durante este año más que los de las usadas. Concretamente, los precios de las viviendas de segunda mano aumentaron el 20 por ciento en las ciudades de más de medio millón de habitantes y casi el 30 por ciento en Madrid y su área metropolitana. En cualquier caso, y a pesar de los fuertes incrementos registrados durante los últimos años, los precios de las viviendas españolas aún no representan más que el 85 por ciento de la media europea.