Los precios de los carburantes están disparados, en una línea que sigue a la de las materias primas, que se han convertido en uno de los activos más buscados por los inversores en los últimos meses. El problema es que un alza en el coste del transporte tiene repercusiones en toda la economía.
La inflación marcó en enero el 3%, una tasa que se desconocía desde que comenzó la crisis. De esta manera, se hace patente el riesgo de estanflación (recesión económica + inflación), un escenario que no se veía desde los años 70 y que preocupa a los economistas (la inflación hará más complicada esa recuperación de la que tanto se habla.
El litro de gasolina ha marcado un máximo al encarecerse por tercera semana consecutiva hasta los 1,285 euros, superando así el récord que registró este combustible el 14 de julio de 2008, cuando se vendía a 1,276 euros, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea comparados por Efe.
Con estos precios, llenar el depósito de gasolina de un coche (50 litros de media) cuesta ahora 64,25 euros, cerca 9 euros más que hace un año.
En una semana, el precio medio del litro de gasolina se ha encarecido un 1,6 % frente a los 1,275 euros a los que se vendía de media hace siete días, cuando se quedó a tan sólo un céntimo del récord.
Por su parte, el precio del gasóleo ha registrado esta semana un incremento del 1,9 % hasta venderse 1,217 euros, lo que sitúa a este combustible en niveles de agosto de 2008.