La Confederación Española de Organizaciones Empresariales ya tiene un nuevo presidente. Se llama Joan Rosell, dirige la patronal catalana Fomento del Trabajo y ha ganado por goleada al candidato andaluz, Santiago Herrero. Su principal reto será recuperar el prestigio que tenía la organización cuando la presidía José María Cuevas, ya que la nefasta gestión de Gerardo Díaz Ferrán ha dejado a la CEOE hecha unos zorros.
Sin embargo, Rosell no lo va a tener fácil, ya que deberá también lavar su imagen de catalanista promotor del nuevo Estatuto, un aspecto que puede suponer un lastre si pretende defender la necesidad de que en España haya unidad de mercado como factor indispensable para que las empresas ganen competitividad.
Rosell sustituye al embargado Gerardo Díaz Ferrán, un empresario que, después del escándalo de Marsans y Air Comet, va de víctima por la vida. A todo aquel que se digna a escucharle cuenta que su calvario personal es consecuencia directa de haberse enfrentado al Gobierno, a CCOO y UGT el verano pasado en la negociación del "diálogo social".
Es posible que una parte de sus problemas se expliquen por este hecho, pero la realidad es mucho más cruda: el ex presidente de CEOE se ha aprovechado del Ejecutivo cuando le ha convenido, especialmente en sus aventuras argentinas, y ahora lo tiene en contra.
Lejos quedan ya los tiempos en los que Díaz Ferrán defendía "un paréntesis" en la economía de mercado para lograr que los contribuyentes sufragaran los gastos empresariales a través de los impuestos, o cuando alababa al ministro de Industria, Turismo y Comercio Miguel Sebastián, por su "acierto y eficacia" al frente de Industria.
"Nos consta tu buen hacer y esfuerzo para encontrar las mejores soluciones a esta difícil coyuntura económica", llegó a decir el ex presidente de CEOE a Sebastián en un acto celebrado en EEUU, con la mirada puesta en la salida de Viajes Marsans de Argentina y la posibilidad de obtener ayudas públicas para la empresa.
Por si todo esto no fuera suficiente, Díaz Ferrán ha sufrido también el acoso de sus empleados, indignados por la gestión del empresario, por ocultar información a la plantilla, por vender billetes cuando sabía que la continuidad de Air Comet estaba en peligro y por no pagar las nóminas. Desde el entorno cercano del presidente de CEOE se acusa al Gobierno de presionar a los bancos para que cortaran el grifo del crédito lo que, en medio de esta tormenta financiera, ha dado la puntilla a la empresa.
Aunque lo más indignante fue la última explicación que dio Díaz Ferrán a la quiebra de su empresa. El máximo responsable de CEOE consideró que dirigir una compañía es como "jugar a la lotería", de forma que si –como es su caso– se tienen varias empresas a cargo, es posible que quiebre alguna de ellas: "Si llevas muchos números, a veces te toca".
Por todo ello, muy mal lo tiene que hacer Rosell para no ser mejor presidente de CEOE que su predecesor. Por cierto, que esta organización es un sindicato de grandes empresas que se financia gracias al dinero de los contribuyentes y que disfruta de miles de millones de euros para gestionar -junto con CCOO y UGT- los famosos cursillos de formación de los Servicios Públicos de Empleo que sirven para maquillar la estadística de parados.
Todos los diarios económicos dedican hoy sus portadas al relevo en la patronal. Expansión señala que "Rosell se propone resucitar la CEOE": el nuevo presidente "reclama al Gobierno reformas drásticas". El empresario catalán que defendió el nuevo Estatuto "ganó al dirigente de la confederación andaluza, Santiago Herrero por 444 votos a 247". Es decir, logró el 62,5% de los votos de la asamblea electoral de CEOE.
En su primer discurso, "Rosell exigió un recorte drástico de todas las administraciones y pidió al Gobierno que continúe las reformas impopulares". Es decir, la reforma laboral, la de las pensiones, el adelgazamiento de la administración, la defensa de la unidad de mercado, la mejora del funcionamiento de la justicia y la calidad de la enseñanza.
En su Editorial, titulado "el reto de ganar independencia", el diario considera que la patronal debe renunciar a las subvenciones y financiarse con las cuotas de sus socios:
"Pero ganar influencia requiere que Rosell imprima un nuevo rumbo a la organización, promoviendo una genuina independencia del poder político si realmente aspira a que CEOE ocupe un puesto relevante en el juego de contrapesos propio de una sociedad moderna y liberal. Para ello, la patronal debe dejar de alimentarse del pesebre estatal, sacudiéndose el lastre moral de las millonarias subvenciones que recibe, y limitar sus ingresos a las cuotas de sus asociados.
"Sólo así recuperará legitimidad social. Un primer paso para empezar a adelgazar estructuras mastodónticas y burocratizadas –Díaz Ferrán se había dotado de 21 vicepresidencias–, convertidas en muchos casos en fines en sí mismas. Innecesarias, por otra parte, si CEOE renuncia a la anacrónica monitorización de los convenios colectivos o las tareas de formación con dinero público –a menudo, bajo la sospecha de fraude– que bien podrían privatizarse", indica Expansión.
Cinco Días, por su parte dice que "Rosell asume el reto de recuperar el prestigio de CEOE" y apunta en su Editorial que su principal reto "es la competitividad". En cuanto al periódico El Economista el titular de portada es "El poder catalán toma el relevo en la CEOE".