No sólo porque las pretensiones de éstos se cumplen hasta el punto de llegar a romper la Caja única de la Seguridad Social, sino porque la complicidad con la que políticos y periodistas han dejado de sorprenderse de este mercadeo político ha hecho que nadie cuestione algo insólito: el PNV apoya una ley que todavía no conoce.
La ley de Presupuestos Generales del Estado para 2011 todavía no ha sido aprobada por el Consejo de Ministros. Se aprobará este viernes 24 de septiembre, según fuentes de Moncloa a Libertad Digital. In extremis, porque el plazo legal para presentarlos expira el día 30. Algo que además evidencia que el texto ha estado sujeto a cambios en aras de cerrar el tan necesario acuerdo con el PNV.
Es, por tanto, el primer año en que el trámite de los PGE, la ley más importante del año, se pacta antes de conocer su contenido. No sabemos las previsiones de crecimiento que encierran las cuentas públicas para 2011, ni tampoco los recortes de las diferentes carteras y mucho menos las concreciones en torno a la tan aireada subida de impuestos a los ricos.
Se inicia además el debate parlamentario sin emoción. No sólo porque ya se conoce al aliado, sino también porque los tres meses que restan para su aprobación en el mes de diciembre, a las puertas de la navidad, van a suponer un mero trámite. Se ha ahorrado el Gobierno la agonía, las prisas y las negociaciones secretas y a última hora que dejaban episodios como los del año pasado: el portavoz de presupuestos de PNV, Pedro Azpiazu, bajaba las escaleras camino al Registro de la cámara con su enmienda de totalidad en la mano. El plazo para presentar las enmiendas concluía a las 14:00 horas. Un minuto antes llegaba a la montaña de cámaras y periodistas, pero recibía la llamada de su jefe en el Congreso, Josu Erkoreka dando el sí quiero al acuerdo con el Gobierno... entre risas, se marchaba camino arriba por las escaleras.
Así, comenzará la andadura parlamentaria de los PGE. En un momento en el que a Zapatero se le cuestiona hasta dentro de sus filas, el Presidente del Gobierno recibirá la estabilidad parlamentaria, que supone el aprobar este proyecto de ley. Hasta tal punto es consciente el presidente de su soledad al margen del PNV que sabe que sólo podía jugarse esa carta. De hecho Zapatero no dudó en el Debate del estado de la Nación en conseguir un acuerdo "más estable" con el PNV.
El trámite parlamentario de los Presupuestos será por tanto eso: un trámite. Las citadas fuentes de Moncloa apuntan a que el próximo martes 28 de septiembre la vicepresidenta económica, Elena Salgado, acudirá con el pen drive presupuestario a la cámara baja. Entre los días 5 y 7 de octubre comenzará el carrusel de los cargos ministeriales en el Congreso para presentar sus partidas presupuestarias, encabezados por el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordoñez. El debate de totalidad en Pleno se podría producir el día 19 de ese mismo mes, aunque con el acuerdo cerrado, el Ejecutivo ya no se juega nada: la devolución de las cuentas públicas queda descartada. El debate en comisión, que se prolongará desde las dos semanas posteriores de su debate en pleno hasta mediados de noviembre de noviembre, será aún más soporífero porque con la tarta ya repartida, y en un momento de crisis económica, a los grupos les quedará poco donde rascar. El año pasado se presentaron más de 3.600 enmiendas parciales. De ahí, los presupuestos volverán al Pleno para el dictamen final, y su aprobación (gracias al PNV) los llevará al Senado. Otro trámite, ya que, con o sin veto, el Gobierno obtendrá la luz verde en el panel de votaciones en la semana prevista del 21 al 23 diciembre.
Lo dicho, este año los Presupuestos serán un trámite. Ya están aprobados, aunque todavía no sabemos lo que dicen.