(Libertad Digital) El avance del PIB entre julio y septiembre fue resultado de una contribución de la demanda interna de 4,6 puntos (frente a los 4,2 puntos del trimestre previo) y de una aportación negativa de dos puntos (cuatro décimas más) del sector exterior.
La aceleración de la demanda se debió, principalmente, al impulso de la inversión, que creció el 5,9 por ciento, frente al 4,1 por ciento del segundo y al 2,7 por ciento de primero, consecuencia, según el INE, del "tono notablemente expansivo" de los bienes de equipo, que aumentaron el 9,8 por ciento). En este sentido, es importante destacar que la inversión en construcción mantuvo un "notable crecimiento" (4,5 por ciento, tres décimas más que en el periodo anterior).
El aumento de la aportación negativa del sector exterior fue consecuencia del mayor crecimiento de las importaciones (9,6 por ciento, frente al 8,1 por ciento del segundo) que de las exportaciones (4,2 por ciento frente al 3,5 por ciento del segundo trimestre). Dentro de las exportaciones, el INE destaca el "tono menos desfavorable" registrado por los servicios turísticos, pese a que todavía registran tasas de crecimiento negativas.
El aumento de la aportación negativa del sector exterior fue consecuencia del mayor crecimiento de las importaciones (9,6 por ciento, frente al 8,1 por ciento del segundo) que de las exportaciones (4,2 por ciento frente al 3,5 por ciento del segundo trimestre). Dentro de las exportaciones, el INE destaca el "tono menos desfavorable" registrado por los servicios turísticos, pese a que todavía registran tasas de crecimiento negativas.
El crecimiento del gasto en consumo final de los hogares se mantuvo en el 3,4 por ciento "acorde con la evolución de la renta disponible de los hogares", mientras que el gasto de las Administraciones Públicas aumentó el 4,4 por ciento, una décima más que en los dos trimestres anteriores.
Desde el punto de vista de la oferta, en el tercer trimestre del año el sector servicios se desaceleró dos décimas, hasta el 2,7 por ciento, mientras que el industrial y energético aumentó el 2,8 por ciento (cinco décimas más que en el segundo), el de la construcción lo hizo el 3,8 por ciento (cuatro décimas más) y el agrario y pesquero se contrajo el 0,1 por ciento frente al descenso del 0,7 por ciento del trimestre previo.
En relación con el mercado laboral, el INE destaca la "recuperación parcial" del tono contractivo de las ramas industriales, la desaceleración de las ramas de los servicios y el repunte del empleo en la construcción, con un crecimiento de la productividad del 0,5 por ciento, similar al del segundo trimestre. El empleo en la agricultura y pesca cayó el dos por ciento (dos décimas más) y en la industria bajó el 0,9 por ciento (seis décimas menos), en tanto que subió el 4,2 por ciento en la construcción (1,5 puntos más) y el 2,9 por ciento en los servicios (tres décimas menos).
La remuneración de los asalariados estabilizó su aumento en el 5,8 por ciento debido al menor ritmo de avance de la remuneración media. Esta evolución, unida a la de la productividad, generó una desaceleración del aumento del coste laboral unitario (coste por trabajador), que se situó en el 3,2 por ciento.