(Libertad Digital) El consumo de petróleo de los Estados Unidos es un cuarto del total mundial, por lo que cualquier variación en la demanda de oro negro por aquél país tiene una incidencia muy grande en el precio. Katrina puede tener un impacto notable en la recuperación económica que está experimentando la economía de ese país. Solo el coste para el gobierno federal puede sumar 0,2 billones de dólares, pero el coste para la economía en su conjunto es mayor. Los precios del acero podrían subir un 20 por ciento tras el Katrina y las destrucciones de riqueza han sido muy importantes. Es aún pronto para hacer una apreciación ajustada de la magnitud, pero los primeros cálculos no son optimistas. A ello hay que sumar que hay signos de caída en la confianza de los consumidores.
En estas condiciones, los mercados prevén que el primer cliente de las petroleras modere su consumo de petróleo, lo que ha permitido una caída en los precios del crudo. Por otro lado, se está empezando a recuperar la normalidad en las plataformas petroleras del golfo de Méjico, lo que permitirá retomar los niveles habituales de producción y refino de petróleo en la zona. Recordemos que como consecuencia del desastre natural se dejaba de producir un millón de barriles y de refinar 1,8 millones de barriles por día. Nueve refinerías han retomado la actividad, y otras dos lo harán esta semana.
El barril WTI, de referencia en los Estados Unidos, de entrega en octubre, ha caído en la madrugada del martes hasta los 65,28 dólares. Dicho precio supone una caída del 7,2 por ciento sobre el precio del 30 de agosto, el máximo histórico de 70,85 dólares. El precio del barril de crudo de referencia de la OPEP ha continuado el retroceso iniciado el viernes pasado al situarse el martes a 59,05 dólares, tras restar 17 centavos de dólar al valor de la jornada anterior del lunes, según calculó hoy el secretariado de la organización en Viena.