LD (EFE) Hasta ahora el mayor precio de cierre alcanzado en el mercado de futuros de Nueva York era 825,5 dólares, cifra a la que acabaron los contratos del oro el 21 de enero de 1980, aunque en Londres se alcanzaron ese día precios aún más altos. El récord absoluto se alcanzó ese mismo día, cuando en un momento de la sesión la onza de oro se llegó a cambiar por 873 dólares.
Estos días en los que el dólar atraviesa uno de sus peores momentos, el oro, utilizado como patrón para el sistema financiero internacional especialmente en el siglo XIX, ha vuelto a ser un refugio para quienes quieren rentabilizar sus dólares.
Así, los contratos de futuro del oro (100 onzas por contrato) más negociados en Nueva York, los de entrega en diciembre, siguieron beneficiándose del carácter de inversión refugio que tiene ese metal cuando el dólar está débil y aumentaron su precio un 1,23 por ciento respecto al cierre de la sesión anterior.
En lo que va de año el oro se ha revalorizado casi un 30 por ciento, empujado por la depreciación de dólar, que abarata la compra de materias primas que se negocian en esa moneda y, al mismo tiempo, ayuda a combatir la inflación. Por ello, es habitual que los precios más altos de materias primas como el oro o el petróleo (también en máximos históricos) coincidan con los cambios más débiles del dólar, que está a su valor más bajo con respecto al euro desde que se creó la moneda europea.
Los contratos de la plata (5.000 onzas por contrato) para ese mismo mes quedaron a un precio de 15,32 dólares la onza, después de restar 5 centavos o un 0,36 por ciento al valor anterior. Los analistas creen que en las condiciones actuales del mercado, el oro podría seguir encareciéndose, superar en breve los 850 dólares e incluso llegar a los 1.000 dólares.
El impulso de hoy responde, según los expertos, al anuncio de China de que diversificará sus reservas de divisas ante la depreciación del billete verde. Tampoco ayudan las crecientes especulaciones sobre un posible recorte de los tipos de interés en EE.UU. el próximo diciembre, una medida que ayudaría a combatir los efectos de la crisis hipotecaria, pero que desincentivaría aún más las inversiones en dólares.
Estos días en los que el dólar atraviesa uno de sus peores momentos, el oro, utilizado como patrón para el sistema financiero internacional especialmente en el siglo XIX, ha vuelto a ser un refugio para quienes quieren rentabilizar sus dólares.
Así, los contratos de futuro del oro (100 onzas por contrato) más negociados en Nueva York, los de entrega en diciembre, siguieron beneficiándose del carácter de inversión refugio que tiene ese metal cuando el dólar está débil y aumentaron su precio un 1,23 por ciento respecto al cierre de la sesión anterior.
En lo que va de año el oro se ha revalorizado casi un 30 por ciento, empujado por la depreciación de dólar, que abarata la compra de materias primas que se negocian en esa moneda y, al mismo tiempo, ayuda a combatir la inflación. Por ello, es habitual que los precios más altos de materias primas como el oro o el petróleo (también en máximos históricos) coincidan con los cambios más débiles del dólar, que está a su valor más bajo con respecto al euro desde que se creó la moneda europea.
Los contratos de la plata (5.000 onzas por contrato) para ese mismo mes quedaron a un precio de 15,32 dólares la onza, después de restar 5 centavos o un 0,36 por ciento al valor anterior. Los analistas creen que en las condiciones actuales del mercado, el oro podría seguir encareciéndose, superar en breve los 850 dólares e incluso llegar a los 1.000 dólares.
El impulso de hoy responde, según los expertos, al anuncio de China de que diversificará sus reservas de divisas ante la depreciación del billete verde. Tampoco ayudan las crecientes especulaciones sobre un posible recorte de los tipos de interés en EE.UU. el próximo diciembre, una medida que ayudaría a combatir los efectos de la crisis hipotecaria, pero que desincentivaría aún más las inversiones en dólares.