La burbuja inmobiliaria española explotó hace un par de años y no parece que nadie vaya a volver a hincharla, al menos por el momento. El año que viene se iniciará en España la construcción de menos de 140.000 viviendas, un número que supone apenas una cuarta parte de las que se comenzaban durante 2003 a 2007, según un informe de la consultora DBK sobre el mercado inmobiliario español.
En opinión de los autores del estudio, "el sector inmobiliario seguirá enfrentándose a corto plazo a la debilidad de la actividad económica, las altas tasas de desempleo y las dificultades para el acceso a financiación". Por eso, las previsiones de evolución del mercado residencial para el bienio 2010-2011 apuntan a una prolongación de la tendencia descendente de los últimos años. El número de viviendas iniciadas y terminadas se mantendrá en niveles muy bajos, hasta que el actual stock haya sido absorbido por el mercado.
Además, la finalización de los incentivos fiscales para la adquisición de la vivienda principal para rentas superiores a 24.000 euros anuales a partir de enero de 2011 se traducirá, previsiblemente, en un nuevo descenso de las transacciones de vivienda, tanto en el segmento de vivienda nueva como usada.
Para el conjunto del ejercicio 2010 se estima un descenso en el número de viviendas iniciadas próximo al 15%, hasta situarse en unas 140.000 unidades, un número algo mayor que el previsto para el año que viene. Estas cifras contrastan con las más de 600.000 viviendas anuales iniciadas en el período 2003-2007. De hecho, sólo en 2006 se iniciaron más de 700.000 viviendas, cinco veces más que en 2010 y 2011.
El número de viviendas terminadas se cifrará en poco más de 250.000 en 2010, mientras que para 2011 se esperan sólo unas 200.000 unidades.
Descenso de las ventas
El descenso de las ventas y el exceso de oferta incrementarán la presión sobre los precios, de modo que se esperan tasas de variación negativas al menos hasta el próximo año 2011. Por su parte, en el ejercicio 2012 podrían comenzar a verse los primeros síntomas de crecimiento, tanto en términos de número de viviendas iniciadas como de transacciones de vivienda.
Las empresas continuarán adaptando sus estrategias a la escasez de la demanda. La presencia en ferias tipo outlet continuará siendo un medio muy utilizado para dar salida al stock acumulado. Por otra parte, muchos operadores están comenzando a operar en el campo de la gestión de cooperativas y comunidades de propietarios.
Por otro lado, en los mercados terciarios se espera una ligera recuperación de la actividad a partir de la mitad de 2011, si bien la mejora será lenta, especialmente en las ubicaciones alejadas de los núcleos urbanos y de los principales centros de negocios.
Las inmobiliarias
Quizás una de las peores caras de esta crisis se la de las empresas inmobiliarias. Durante el período 1999-2008 el número de sociedades inmobiliarias mostró un fuerte crecimiento, que alcanzó su punto álgido en los ejercicios 2004, 2005 y 2006, en los que se registraron tasas de variación superiores al 20% anual. Sin embargo, en los dos últimos años se ha invertido esta tendencia, reflejando el cambio de ciclo en el sector inmobiliario español.
El número de empresas con actividad en el sector inmobiliario se situaba en enero de 2010 en torno a 170.000, un 1,6% menos que un año antes.
Pero estos datos son aún más significativos si se tiene en cuenta que en enero de 2010 las empresas sin asalariados suponían el 71% del total de sociedades inmobiliarias, las que tenían registrada una plantilla de uno o dos empleados representaban el 22% del total y sólo el 4% contaba con una plantilla de entre tres y cinco empleados. Es decir, que el 93% de las empresas dedicadas a la compraventa de pisos eran prácticamente sociedades fantasma, sin ningún tipo de actividad comercial.
La facturación agregada de las principales inmobiliarias españolas se redujo en 2009 alrededor de un 25%. Así, las diez primeras empresas del sector registraron ingresos por valor de 6.873 millones de euros, frente a los 9.181 millones del ejercicio anterior. La evolución de los grupos de las veinte, treinta y cuarenta primeras compañías fue similar, con descensos de entre el 23% y el 26%. De este modo, las cuarenta empresas que DBK ha analizado en su informe Sectores "Sociedades Inmobiliarias" alcanzaron en 2009 una facturación conjunta de 11.853 millones de euros.