L D (EFE) Con la reducción de la previsión del crecimiento del PIB para este año el Gobierno pretende adaptar las cifras macroeconómicas españolas a los nuevos escenarios económicos, dado que éstas no han sido modificadas desde hace un año pese al deterioro de las expectativas internacionales. Así, el Gobierno no ha variado desde agosto de 2002 su previsión de que el PIB crecerá este año el tres por ciento, aunque el FMI ha rebajado esa tasa hasta el 2,2 por ciento, la OCDE al 2,1 por ciento y la Comisión Europea al 2 por ciento.
No obstante, el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, admitió hace menos de dos meses que los gobiernos de la zona euro tendrían que revisar sus expectativas en función de los cambios adoptados por los organismos internacionales, condicionados a su vez por una evolución del comercio internacional peor de lo esperado. Rato reseñó, sin embargo, que el Gobierno no modificará sus previsiones de creación de empleo –aumento del 1,8 por ciento, equivalente a 280.000 nuevos puestos de trabajo– y de eliminación del déficit público.
En todo caso, el Programa de Estabilidad para el periodo 2002-2006, revisado en diciembre del año pasado, incluía un escenario de crecimiento reducido, sobre la hipótesis de una recuperación internacional más lenta, que supondría un aumento del PIB del dos por ciento en el 2003, con un ritmo de creación de empleo del 0,8 por ciento y un déficit del 0,4 por ciento. En lo que se refiere al cuadro macroeconómico para el año que viene, el Ejecutivo ha anunciado que el crecimiento se situará en torno al tres por ciento, tasa que coincide con la prevista por la Comisión Europea y es sólo una décima inferior a lo calculado por la OCDE y el FMI. Además, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, mostró hace días su confianza en que el 2004 se vuelva a alcanzar el equilibrio presupuestario.
No obstante, el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, admitió hace menos de dos meses que los gobiernos de la zona euro tendrían que revisar sus expectativas en función de los cambios adoptados por los organismos internacionales, condicionados a su vez por una evolución del comercio internacional peor de lo esperado. Rato reseñó, sin embargo, que el Gobierno no modificará sus previsiones de creación de empleo –aumento del 1,8 por ciento, equivalente a 280.000 nuevos puestos de trabajo– y de eliminación del déficit público.
En todo caso, el Programa de Estabilidad para el periodo 2002-2006, revisado en diciembre del año pasado, incluía un escenario de crecimiento reducido, sobre la hipótesis de una recuperación internacional más lenta, que supondría un aumento del PIB del dos por ciento en el 2003, con un ritmo de creación de empleo del 0,8 por ciento y un déficit del 0,4 por ciento. En lo que se refiere al cuadro macroeconómico para el año que viene, el Ejecutivo ha anunciado que el crecimiento se situará en torno al tres por ciento, tasa que coincide con la prevista por la Comisión Europea y es sólo una décima inferior a lo calculado por la OCDE y el FMI. Además, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, mostró hace días su confianza en que el 2004 se vuelva a alcanzar el equilibrio presupuestario.