La luz no subirá el próximo mes de abril. El incremento del 12,5% que el Gobierno sugirió a la Comisión Nacional de la Energía (CNE) en la parte regulada de la tarifa podrá compensarse con el descenso del precio de la subasta entre las comercializadoras.
El precio de la luz se fija, básicamente, con dos componentes: una parte regulada (los denominados costes de acceso al sistema) y una subasta en la que participan las comercializadoras (el llamado pool). La primera la fija el Gobierno, mediante una sugerencia a la CNE.
Tras el tarifazo de enero, que subió el precio de la electricidad un 10%, debido al incremento en los costes de la energía, Miguel Sebastián aseguró que sería una situación "excepcional e irrepetible" y que la intención del Ejecutivo era dejar la tarifa congelada en abril. Cuando hace dos semanas, se supo que la propuesta para la parte regulada era de una subida del 12%, casi todos los medios anticiparon que la tarifa la luz podía dispararse. El Gobierno advirtió de que no sería así y aseguró que la subasta vería un precio inferior al de diciembre.
Sebastián, acertó
Pues bien, hay que reconocer que Miguel Sebastián tenía razón cuando hizo su apuesta. Aunque el precio fijado en la subasta, 52 euros por megavatio hora de media, es superior en un 5,5 por ciento al de la anterior, si se tienen en cuenta conceptos como la estacionalidad, la prima de riesgo o el pago por capacidad, que son muy elevados en el primer trimestre, el coste de la energía baja un 10,2 por ciento.
Sin embargo, lo que no dijo el ministro de Industria es que si no hubiera pedido el aumento de la parte regulada habría bajado el precio de la luz, aliviando algo a los consumidores tras el palo de enero. El Gobierno no lo ha permitido porque quiere controlar el déficit de tarifa, que este año no puede superar los 1.500 millones (que se unirán a los más de 20.000 acumulados a final de 2010). Este déficit de tarifa -deuda con las eléctricas que los españoles tendrán que ir pagando poco a poco- tiene como una de sus causas la política de apoyo a las energías renovables que ha seguido el gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero, y que le ha llevado a pagar por encima del precio de mercado la electricidad producida por molinos o paneles solares.
La evolución de la tarifa de último recurso está determinada, casi al 50 por ciento, por el resultado de las subastas de energía, denominadas Cesur, que se realizan cada tres meses, y por los peajes de acceso, que fija el Gobierno. Por eso, si Industria no hubiera pedido que se incrementara la parte regulada, el precio de la luz habría caído un 5% aproximadamente.
La subasta
En la subasta, el producto base, 4.000 megavatios en total, se ha cerrado en 51,79 euros por megavatio hora (49,07 euros por megavatio hora en la anterior) y el producto en punta, 406 megavatios, en 55,13 euros por megavatio hora (53,99 euros por megavatio hora en la anterior), según datos del Operador del Mercado Ibérico de la Energía (OMEL) recogidos por Efe.
Una vez realizados todos los ajustes, el descenso del coste de la electricidad en un 10,2 por ciento permitirá al Ministerio de Industria subir los peajes de acceso de la TUR hasta un 10,7 por ciento sin tener que elevar el recibo de la luz para hogares y pymes. Es algo inferior a lo previsto (12,5% para los clientes acogidos a la TUR), pero seguramente, a un mes de las elecciones municipales, el Gobierno no tendrá ningún problema para ajustar ese 1,8%.
El incremento de los peajes, con los que se retribuyen las actividades reguladas (transporte y distribución) y otros conceptos como las primas a las renovables, es necesaria para atajar el llamado déficit tarifario, la diferencia entre los ingresos y los costes del sistema. El déficit acumulado, que el Tesoro está colocando en el mercado mediante sucesivas emisiones, superaba los 20.000 millones de euros al cierre del pasado ejercicio.