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 Los peores datos de paro desde los 70 La OCDE echa por tierra el último farol de ZP Zapatero apela al "espíritu de los trabajadores" Informe del Ministerio de Economía
(Libertad Digital) Ante el aluvión de malos datos económicos, el presidente insiste en confiar en el "espíritu y la actitud de los empresarios y trabajadores" para salir de la crisis. Además, sin negar la rigurosidad de los datos, Zapatero culpa de los mismos a "circunstancias internacionales" y pide que se hable de otros, como la inversión extranjera o que "en España hay 20 millones de personas trabajando". En cambio, los informes que elabora el Ministerio de Economía no dejan lugar al optimismo. Pese a que también hablan de desaceleración, todos los indicadores indican crisis.
 
El último informe sobre la situación del país elaborado por el Ministerio de Economía no deja lugar a dudas. Los principales indicadores de actividad del país van a peor con el paso de los meses, y nada indica que en el futuro próximo vayan a frenar su particular caída libre.
 
Pese a todo, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se sigue mostrando optimista y achaca la “desaceleración” a factores externos, en referencia a la restricción crediticia causada a raíz del estallido de la crisis de las hipotecas subprime en EEUU. Sin embargo, a la vista de los datos, cuesta creer que todos los indicadores caigan, y el único culpable sea la Administración Bus, tal y como observa el presidente.
 
En este sentido, el deterioro que describe Economía es evidente: “En los primeros meses de 2008 la economía española ha intensificado la fase de desaceleración iniciada a finales del pasado año, destacando, especialmente, la pérdida de dinamismo de la actividad y del empleo, reflejo de la mayor intensidad del ajuste en el sector de la construcción”.
 
“El crecimiento interanual del PIB real se situó, en el primer trimestre del año, en el 2,7 por ciento, tasa inferior en ocho décimas a la del cuarto trimestre de 2007. Esta ralentización es consecuencia de una pérdida de vigor de la demanda nacional más acusada que la observada a finales del pasado año”, indica.
 
 
A ello, se añade, “la prolongación en el primer trimestre de 2008 de las tensiones en los mercados financieros internacionales ha acentuado el clima de incertidumbre sobre la situación económica de nuestro país, repercutiendo negativamente en la confianza y en las decisiones de gasto de los hogares”.
 
Además, “la trayectoria alcista seguida en los últimos meses por los precios de la energía y de ciertas materias primas alimenticias ha repercutido negativamente en el ritmo de avance de la actividad económica, incrementando las tensiones inflacionistas y moderando el ritmo de expansión de la renta real de las familias”. Así lo ponen de relieve el indicador sintético de actividad y el de sentimiento económico, entre otros, según reconoce el equipo del vicepresidente económico, Pedro Solbes.
 
Por sectores, el escenario, incluso, pinta peor. Así, “se intensifica el proceso de ralentización de la actividad en el sector de la construcción, lo que ha repercutido, a su vez, en algunas actividades manufactureras estrechamente relacionadas con la actividad constructora”.
 
 
Pero el ladrillo no es el único que sufre. “El Índice de Producción Industrial (IPI) prolongó en el primer trimestre del año la tendencia de desaceleración iniciada en 2007, anotando un retroceso interanual del 0,2%, con series corregidas de calendario, cifra idéntica a la del trimestre previo.
 
Por otro lado, según el informe, “la tónica de menor dinamismo de la actividad en el sector también se ha visto reflejada en otros indicadores, como las ventas interiores de bienes industriales de las grandes empresas, que registraron en marzo una tasa interanual del -7,1%, tras el descenso del 2% del mes precedente, y la confianza industrial, que se ha deteriorado en abril por quinto mes consecutivo”.
 
¿Efectos? El más importante, cómo no, en el empleo. Economía destaca que el número de afiliados a la Seguridad Social “ha prolongado en abril la tendencia
de desaceleración iniciada meses atrás, hasta alcanzar una tasa interanual del -0,8%”.
 
 
En relación con la construcción, los indicadores más recientes señalan la “intensificación de la senda de debilitamiento de la actividad en el sector. El indicador de confianza de la construcción empeoró en abril por tercer mes consecutivo situándose en un nivel muy negativo (-21 puntos)”, añade el texto.
 
Como resultado, “el empleo en la construcción ha mostrado un comportamiento coherente con la evolución de la actividad en el sector, a juzgar por la ralentización sufrida por el número de afiliados a la Seguridad Social, cuya variación interanual se situó en abril en el -5,8%, cifra inferior en nueve décimas a la de marzo, y el repunte del número de parados, que registró un avance del 52,9% en dicho mes”.
 
También la actividad en el sector servicios ha mostrado síntomas de “menor dinamismo”. “En efecto, el indicador sintético de servicios redujo su ritmo de avance en el primer trimestre del año y la confianza en el sector servicios se ha orientado a la baja en los últimos meses, alcanzando valores de -14 en abril; además, los parados registrados han aumentado en abril un 13,6%, frente al 9,4% de marzo.
 
Por último, el consumo privado ha prolongado su “pérdida de dinamismo”. Y ello, por el deterioro de la confianza de los hogares, la evolución menos expansiva del empleo y las elevadas tasas de inflación”.
 
Según Economía, “así lo pone de relieve la mayor parte de la información coyuntural disponible: el indicador de confianza de los consumidores retrocedió seis puntos en abril; las ventas interiores de bienes de consumo de las grandes empresas y las ventas minoristas descendieron en el primer trimestre el 2,1% y 3,6%, respectivamente; y los indicadores sintético y de disponibilidades de bienes de consumo arrojan señales de debilitamiento”.
 
Por el contrario, las matriculaciones de automóviles se han recuperado en
abril de la fuerte caída registrada en el mes previo, alcanzando un incremento interanual del 1,4% en dicho mes.
 
La débil ahorro de los hogares hace que las familias hayan generado necesidad de financiación por cuarto año consecutivo, situándose en el 2,8% del PIB, ocho décimas por encima de la registrada en 2006.
 
El paro registrado en los Servicios Públicos de Empleo al finalizar abril de 2008 afectó a 2.338,5 mil personas, lo que representa un aumento de 37,5 mil parados en relación al mes precedente, variación que se eleva a 92,5 mil personas al corregir de fluctuaciones estacionales. Respecto a un año antes, se observa un incremento de 315,4 mil personas, un 15,6%, frente al 11,7% del mes anterior.
 
Además, el informe destaca que “desde una perspectiva sectorial, el paro aumenta en todos los sectores, pero donde lo hace con más intensidad es en la construcción que ha pasado de tasas interanuales del 20% de finales de 2007 al 52,9% de ahora, continuando la tendencia alcista iniciada hace un año”.
 
Y eso que el estudio no recoge la subida histórica del desempleo en el pasado mes de mayo, y que tan sólo es comparable con la crisis del petróleo de los años 70.
 
 
Por último, los datos relativos a la evolución de los precios, tanto industriales como de consumo, mantienen su imparable tendencia alcista.
 

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