(Libertad Digital) El aumento en la demanda de la energía eléctrica y la subida de los precios del petróleo están aumentando el interés en todo el mundo por la energía nuclear. No emite gases a la atmósfera, por lo que no crea polución en el ambiente. Tampoco emite CO2 u otros gases de efecto invernadero. Es relativamente barata y los residuos que genera están muy controlados. A pesar de ello, el Partido Socialista llegó al poder con un programa que contemplaba la eliminación de la generación de energía a partir del átomo, lo que fue confirmado por el propio presidente del Gobierno el día en que entró en vigor el tratado de Kioto, al declarar que acabaría con la energía nuclear en 20 años. La decisión de no retrasar el cierre de la central de Zorita parecía indicar que ese era el camino escogido por el Ejecutivo.
Pero según informa este martes el diario El Mundo, el Gobierno ha reconsiderado su posición y ha decidido hacer exactamente lo contrario de lo que prometió, alargando en lugar de acortar la vida útil de las centrales nucleares. El cambio de posición se comenzó a entrever después de que el ministro de Industria, José Montilla, pusiera en marcha el pasado mes de noviembre la Mesa de Diálogo sobre la Energía Nuclear. En principio, fuentes cercanas a la industria no esperaban un acuerdo que fuera más allá de la decisión sobre el destino de los residuos de larga duración y no se otorgaba muchas posibilidades de que se diera un anuncio de este tipo. Pero el pasado viernes, Montilla volvía a incidir en el encuentro anual del Círculo de Economía en que España "no puede prescindir" de las plantas de energía nuclear, ya que "son necesarias".
El debate sobre la energía nuclear está abierto y son cada vez más las voces que se dejan oír en su defensa. Patrick Moore, fundador de Greenpeace (aunque en la actualidad está desvinculado de la organización), escribió recientemente un artículo en defensa de esta fuente energética, ya que "puede ser justamente la fuente energética que salve a nuestro planeta de otro posible desastre: el cambio climático catastrófico". Moore recalcó entonces que "la energía nuclear es la única energía a gran escala y barata que puede reducir" las emisiones de CO2.