LD (EFE) Delegados de ambas partes se reunieron este martes en La Paz por segundo día consecutivo, encabezados por el nuevo ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, y el presidente de Repsol YPF en Bolivia, el español Luis García Sánchez, y anunciaron que volverán a hacerlo el 29 de septiembre.
"La expectativa es llegar a un buen convenio, que sea bueno para el país, bueno para Bolivia y bueno para las compañías que estamos acá", dijo García Sánchez al terminar la reunión, celebrada en las oficinas de la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
Según el ejecutivo español, Repsol, que controla la petrolera Andina en Bolivia, hizo sugerencias a la propuesta de contrato que de forma global le planteó el gobierno, para más adelante analizar los temas en detalle. "A nosotros, a todos, nos gustaría tener un marco adecuado lo antes posible; incluso si pudiera ser antes (del plazo), mejor. En eso estamos, y va a depender mucho de cómo avancemos estos días", dijo García Sánchez.
El decreto de nacionalización de los hidrocarburos que emitió el 1 de mayo el presidente boliviano, Evo Morales, establece que si las multinacionales no alcanzan acuerdos con el Estado en un plazo de 180 días, que vencen el 28 de octubre, no podrán seguir operando en este país. En Andina, Repsol YPF tiene poco más del 50 por ciento de las acciones y el Estado el 48 por ciento, pero el decreto de mayo dice que la petrolera estatal YPFB debe hacerse con la mitad más uno, para asegurar su control.
El vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, denunció que "algunas" petroleras, a las que no identificó, intentan dilatar la negociación de los contratos y les exhortó a retomar el diálogo con las autoridades. A esas empresas "les decimos de manera muy firme y respetuosa: las fechas no se van a mover" y si a fines de octubre no se cierran contratos "que beneficien a la empresa y al país, procederemos como establece el decreto de nacionalización", aludiendo a que deberán abandonar Bolivia las firmas que no lo hagan.
Las negociaciones más difíciles hasta el momento han sido con la empresa brasileña Petrobras, la más afectada por la nacionalización, hasta el punto de que ha tensado las relaciones entre los dos países.
"La expectativa es llegar a un buen convenio, que sea bueno para el país, bueno para Bolivia y bueno para las compañías que estamos acá", dijo García Sánchez al terminar la reunión, celebrada en las oficinas de la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
Según el ejecutivo español, Repsol, que controla la petrolera Andina en Bolivia, hizo sugerencias a la propuesta de contrato que de forma global le planteó el gobierno, para más adelante analizar los temas en detalle. "A nosotros, a todos, nos gustaría tener un marco adecuado lo antes posible; incluso si pudiera ser antes (del plazo), mejor. En eso estamos, y va a depender mucho de cómo avancemos estos días", dijo García Sánchez.
El decreto de nacionalización de los hidrocarburos que emitió el 1 de mayo el presidente boliviano, Evo Morales, establece que si las multinacionales no alcanzan acuerdos con el Estado en un plazo de 180 días, que vencen el 28 de octubre, no podrán seguir operando en este país. En Andina, Repsol YPF tiene poco más del 50 por ciento de las acciones y el Estado el 48 por ciento, pero el decreto de mayo dice que la petrolera estatal YPFB debe hacerse con la mitad más uno, para asegurar su control.
El vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, denunció que "algunas" petroleras, a las que no identificó, intentan dilatar la negociación de los contratos y les exhortó a retomar el diálogo con las autoridades. A esas empresas "les decimos de manera muy firme y respetuosa: las fechas no se van a mover" y si a fines de octubre no se cierran contratos "que beneficien a la empresa y al país, procederemos como establece el decreto de nacionalización", aludiendo a que deberán abandonar Bolivia las firmas que no lo hagan.
Las negociaciones más difíciles hasta el momento han sido con la empresa brasileña Petrobras, la más afectada por la nacionalización, hasta el punto de que ha tensado las relaciones entre los dos países.