A bote pronto, un millón ochocientas mil personas menos que hace un año (los nuevos parados) tienen acceso a un crédito para un coche.

De los que no están aún en paro, a la mitad por lo menos les niega la entidad bancaria esa financiación para comprar un coche, a no ser que les avalen sus correspondientes bisabuelos.

Y del resto que nos queda, la mayoría no necesita 500 € para poder acceder a un crédito. Y si puede permitirse comprarlo al contado, se la traen floja los 500 leuros.

En conclusión: otra medida populista del Zejas que no conduce a nada práctico, excepto a elevar los impuestos. La ayudita de marras de algún bolsillo tiene que salir.

Se necesita ser imbécil.