El último día de la cumbre comenzó con un desayuno de trabajo en el que participaron los líderes de las siete naciones más industrializadas del mundo además de Rusia y dirigentes de Angola, Argelia, Egipto, Etiopía, Libia, Nigeria, Senegal, Sudáfrica y la Unión Africana.
Según una declaración común, los miembros del G-8 y otros países participantes de la cumbre de L'Aquila, en Italia, se comprometieron este viernes a aportar miles de millones de dólares en tres años para garantizar el abastecimiento de alimentos en el mundo.
Aunque inicialmente se situó la cifra en 15.000 millones de dólares, el anfitrión del encuentro, el primer ministro italiano Silvio Berlusconi, dijo que el número ascendía a 20.000 millones.
¿Podrán los países ricos terminar con el hambre en África?
El último día de la cumbre comenzó con un desayuno de trabajo en el que participaron los líderes de las siete naciones más industrializadas del mundo además de Rusia y dirigentes de Angola, Argelia, Egipto, Etiopía, Libia, Nigeria, Senegal, Sudáfrica y la Unión Africana.
Después de dos días centrados en la crisis económica global y el cambio climático, la jornada estuvo dedicada al impacto que todos esos problemas están teniendo en los países pobres.
El objetivo es promover la producción de alimentos a pequeña escala en países que sufren escasez, principalmente en África, para que sean autosuficientes.
"Seguimos profundamente preocupados por la seguridad alimentaria mundial, el impacto de la crisis financiera y económica y la subida de los precios de los alimentos el año pasado, que afecta los países menos capaces de afrontar el agravamiento del hambre y de la pobreza", dice el documento.
Sin embargo, la declaración no indica de dónde provendría el dinero ni cómo se administraría y tampoco aclara si se trata de nuevos fondos.