LD (EFE) El organismo ha reducido su pronóstico de crecimiento para toda Europa, que se ha visto contagiada por los problemas en los mercados de crédito originados en el sector de la vivienda de Estados Unidos. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya pronosticaba una desaceleración, pero el hundimiento de las bolsas desde julio a septiembre y los problemas persistentes en algunos segmentos del mercado agudizarán la ralentización económica en España.
Según el Fondo, este año, España crecerá un 3,7 por ciento, una décima menos que lo previsto en julio, explicó el organismo en su informe semestral "Perspectivas Económicas Mundiales", divulgado este miércoles. Este cálculo coincide con el del Gobierno español, que estima que el país terminará el año con una expansión de "entre el 3,7 y el 3,8" por ciento. No obstante, los pronósticos difieren para 2008, cuando el FMI prevé un crecimiento del 2,7 por ciento, mientras que el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, defiende un 3,3 por ciento.
Las cifras de los expertos del Fondo se filtraron a la prensa la semana pasada, después de que presentaran un borrador de su informe a los 24 integrantes del Consejo Ejecutivo, que representan a los países miembros. Para la zona euro, el Fondo pronostica un crecimiento del 2,5 por ciento este año, una décima menos que lo anticipado, y un 2,1 por ciento en 2008, cuatro décimas menos que su cálculo anterior. A juicio del organismo, con las turbulencias bursátiles de los últimos meses, ha aumentado el riesgo de un posible descalabro en los mercados inmobiliarios europeos.
En España, Irlanda y Reino Unido, los precios y la inversión en bienes raíces han subido incluso más que durante el "boom" en Estados Unidos. El alza reciente de las tasas hipotecarias en Europa ya ha enfriado el sector y esa tendencia probablemente se intensificará tras los problemas en los mercados financieros, "particularmente si se reduce el crédito", según el Fondo. El organismo advirtió de que "la sobrevaloración puede ser considerablemente mayor en algunos mercados europeos que en Estados Unidos".
Entre ellos está el español y el Fondo alertó de que su mercado de bienes raíces podría sufrir una "corrección", con una bajada rápida de la inversión residencial, que reduciría el crecimiento económico del país. El organismo, sin embargo, no se aventuró a decir si los precios continuarán su ralentización actual, se estancarán o caerán, como ha ocurrido en Estados Unidos, donde el FMI prevé retrocesos adicionales del 5 por ciento.
Otro de los problemas de los países que comparten el euro es la apreciación de su moneda, que encarece sus exportaciones a terceros países. España es especialmente vulnerable, en opinión del Fondo, junto con Portugal y Francia, porque carece de competitividad suficiente para compensar ese efecto. Y tampoco debería confiar en una eventual caída del euro. Según el organismo, la moneda europea está en torno a su nivel correcto, en base a un análisis de equilibrio a medio plazo, mientras que el dólar debería depreciarse aún más.
Además del efecto cambiario, Europa venderá menos productos a Estados Unidos, porque el mayor consumidor del mundo crecerá sólo un 1,9 por ciento en 2008, nueve décimas menos que lo previsto por el Fondo en julio. Para España eso significará que el agujero del sector exterior seguirá abriéndose, aunque a un ritmo menor que en años anteriores. Pasará de un déficit por cuenta corriente del 8,6 por ciento equivalente al Producto Interior Bruto (PIB) en 2006, a un 9,8 por ciento este año, y a un 10,2 por ciento, en 2008, según el Fondo. Mientras, el Índice de Precios de Consumo (IPC) alcanzará el 2,5 por ciento este año y el 2,8 por ciento en 2008.
Según el Fondo, este año, España crecerá un 3,7 por ciento, una décima menos que lo previsto en julio, explicó el organismo en su informe semestral "Perspectivas Económicas Mundiales", divulgado este miércoles. Este cálculo coincide con el del Gobierno español, que estima que el país terminará el año con una expansión de "entre el 3,7 y el 3,8" por ciento. No obstante, los pronósticos difieren para 2008, cuando el FMI prevé un crecimiento del 2,7 por ciento, mientras que el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, defiende un 3,3 por ciento.
Las cifras de los expertos del Fondo se filtraron a la prensa la semana pasada, después de que presentaran un borrador de su informe a los 24 integrantes del Consejo Ejecutivo, que representan a los países miembros. Para la zona euro, el Fondo pronostica un crecimiento del 2,5 por ciento este año, una décima menos que lo anticipado, y un 2,1 por ciento en 2008, cuatro décimas menos que su cálculo anterior. A juicio del organismo, con las turbulencias bursátiles de los últimos meses, ha aumentado el riesgo de un posible descalabro en los mercados inmobiliarios europeos.
En España, Irlanda y Reino Unido, los precios y la inversión en bienes raíces han subido incluso más que durante el "boom" en Estados Unidos. El alza reciente de las tasas hipotecarias en Europa ya ha enfriado el sector y esa tendencia probablemente se intensificará tras los problemas en los mercados financieros, "particularmente si se reduce el crédito", según el Fondo. El organismo advirtió de que "la sobrevaloración puede ser considerablemente mayor en algunos mercados europeos que en Estados Unidos".
Entre ellos está el español y el Fondo alertó de que su mercado de bienes raíces podría sufrir una "corrección", con una bajada rápida de la inversión residencial, que reduciría el crecimiento económico del país. El organismo, sin embargo, no se aventuró a decir si los precios continuarán su ralentización actual, se estancarán o caerán, como ha ocurrido en Estados Unidos, donde el FMI prevé retrocesos adicionales del 5 por ciento.
Otro de los problemas de los países que comparten el euro es la apreciación de su moneda, que encarece sus exportaciones a terceros países. España es especialmente vulnerable, en opinión del Fondo, junto con Portugal y Francia, porque carece de competitividad suficiente para compensar ese efecto. Y tampoco debería confiar en una eventual caída del euro. Según el organismo, la moneda europea está en torno a su nivel correcto, en base a un análisis de equilibrio a medio plazo, mientras que el dólar debería depreciarse aún más.
Además del efecto cambiario, Europa venderá menos productos a Estados Unidos, porque el mayor consumidor del mundo crecerá sólo un 1,9 por ciento en 2008, nueve décimas menos que lo previsto por el Fondo en julio. Para España eso significará que el agujero del sector exterior seguirá abriéndose, aunque a un ritmo menor que en años anteriores. Pasará de un déficit por cuenta corriente del 8,6 por ciento equivalente al Producto Interior Bruto (PIB) en 2006, a un 9,8 por ciento este año, y a un 10,2 por ciento, en 2008, según el Fondo. Mientras, el Índice de Precios de Consumo (IPC) alcanzará el 2,5 por ciento este año y el 2,8 por ciento en 2008.
El Gobierno sigue sin ver motivos para rebajar sus previsiones
Ante estas informaciones, el Ejecutivo insiste en que su previsión oficial de crecimiento económico para el año que viene, del 3,3 por ciento, sigue siendo posible pese a las turbulencias financieras y es "prudente", a pesar de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha reducido esta estimación al 2,7 por ciento.
Fuentes del Ministerio de Economía señalaron a EFE que la estimación del 3,3 por ciento es "prudente", como ya lo era cuando se hizo pública en verano, ya que estaba incluso por debajo de la que tenía entonces el propio Fondo Monetario. Para Economía, el impacto directo de las turbulencias financieras en la economía española va a ser "nulo", mientras que el indirecto aún no se ha podido calcular, y en cualquier caso no se considera que vaya a ser "tan grande" como para hacer que bajen bruscamente las previsiones de crecimiento.
Por eso, el departamento que dirige Pedro Solbes insistió en que "es posible conseguir" el crecimiento que sigue defendiendo el Gobierno español. Por otra parte, frente a la tesis del FMI sobre una "corrección" en el mercado inmobiliario español, que podría hacer reducir el crecimiento, el Gobierno insiste en que lo que se producirá es un "aterrizaje suave" del sector de la construcción, porque "no hay ningún indicador que anticipe lo contrario", según las mismas fuentes.
Economía también ve de otra forma el análisis que hace el Fondo sobre los efectos de la apreciación del euro, que en el caso de España pueden ser negativos por encarecer sus exportaciones a terceros países y porque la economía "carece de competitividad" para compensar este efecto, dice el informe. Sobre esta cuestión, las fuentes del Ministerio consultadas recuerdan que el 70 por ciento de las exportaciones españolas se dirigen a la Zona Euro, con lo que no se ven afectadas por la apreciación de la moneda. Además, un euro fuerte es beneficioso en determinadas importaciones, especialmente para el petróleo, al compensar su encarecimiento.
Fuentes del Ministerio de Economía señalaron a EFE que la estimación del 3,3 por ciento es "prudente", como ya lo era cuando se hizo pública en verano, ya que estaba incluso por debajo de la que tenía entonces el propio Fondo Monetario. Para Economía, el impacto directo de las turbulencias financieras en la economía española va a ser "nulo", mientras que el indirecto aún no se ha podido calcular, y en cualquier caso no se considera que vaya a ser "tan grande" como para hacer que bajen bruscamente las previsiones de crecimiento.
Por eso, el departamento que dirige Pedro Solbes insistió en que "es posible conseguir" el crecimiento que sigue defendiendo el Gobierno español. Por otra parte, frente a la tesis del FMI sobre una "corrección" en el mercado inmobiliario español, que podría hacer reducir el crecimiento, el Gobierno insiste en que lo que se producirá es un "aterrizaje suave" del sector de la construcción, porque "no hay ningún indicador que anticipe lo contrario", según las mismas fuentes.
Economía también ve de otra forma el análisis que hace el Fondo sobre los efectos de la apreciación del euro, que en el caso de España pueden ser negativos por encarecer sus exportaciones a terceros países y porque la economía "carece de competitividad" para compensar este efecto, dice el informe. Sobre esta cuestión, las fuentes del Ministerio consultadas recuerdan que el 70 por ciento de las exportaciones españolas se dirigen a la Zona Euro, con lo que no se ven afectadas por la apreciación de la moneda. Además, un euro fuerte es beneficioso en determinadas importaciones, especialmente para el petróleo, al compensar su encarecimiento.