En el número de abril de su publicación Perspectivas de la economía mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) le dedica un capítulo al mercado laboral de las economías avanzadas. Y el sistema español sale muy mal parado: no sólo es el país analizado en el que más ha crecido el desempleo desde que se desencadenó la crisis, sino que, además, está en el penúltimo puesto (sólo por detrás de Portugal) en la clasificación de rigidez y en el último en el porcentaje de contratos temporales (31,9%).
Precisamente, estos dos factores (la rigidez de la legislación y la temporalidad de sus trabajadores) son la causa para los autores de este informe de que España destruya empleo con “mucha mayor rapidez” en momentos de crisis. Como consecuencia, se produce la enorme “dualidad” de un mercado que “protege en exceso” a los fijos mientras los temporales sufren las consecuencias de cualquier deterioro de la economía (entre este tipo de trabajadores han perdido el 20% de sus trabajos desde el comienzo de la crisis, frente al 7% del total).
De esta manera, las recomendaciones del FMI se dividen, fundamentalmente, en tres aspectos: “flexibilizar y mejorar” la legislación del mercado laboral; eliminar el “proceso de negociación colectiva centralizado”, que incrementa los costes salariales; y unificar las modalidades contractuales.
Ésta última quizá sea su propuesta más novedosa, puesto que la institución dirigida por Dominique Strauss-Kahn aboga por que haya un único tipo de contrato, en el que la indemnización por despido vaya creciendo en función del tiempo de permanencia en la empresa. En este sentido de terminar con la “dualidad” del mercado, el FMI también apunta como solución que el empresario contribuya a un programa de seguro de desempleo para cada trabajador (algo similar al modelo austriaco del que tanto se ha hablado en la última semana).
Cambios
Pero el FMI no es la primera institución que exige cambios en el mercado laboral español en el último año (y tampoco es la primera vez que el propio Fondo lo hace):
BCE: En agosto, fue el Banco Central Europeo el que calificó de “muy rígido, ineficiente y socialmente injusto” el mercado laboral español, y exigió su modificación.
Banco Mundial: En febrero del año pasado, fue el Banco Mundial el que situó al mercado laboral español a la cola en su clasificación de flexibilidad (puesto 160), “por detrás de países como Zimbabue o Ghana”.
Banco de España: Quizás ha sido la institución presidida por Miguel Ángel Fernández Ordóñez la que más a menudo (y con más polémica) ha pedido al Gobierno que acometa las reformas necesarias para flexibilizar el mercado laboral español.