L D (EFE) La especulación en los mercados y la fuerte demanda de derivados para calefacción por las bajas temperaturas invernales en el hemisferio norte, tiene a los mercados en un puño ante la incógnita de cuál será el resultado de la reunión que celebrará la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la próxima semana, en Isfahan (Irán).
En los últimos días, varios miembros de esta organización, como Venezuela, Irán, Qatar y Argelia señalaron que están en contra de un incremento de la producción ante la esperada reducción de la demanda petrolera en el segundo trimestre el año. Sin embargo, en un informe que se publicará el próximo mes el FMI afirma que el actual colchón de seguridad de la OPEP, de 1,5 millones de barriles diarios, es insuficiente y recomienda que, como mínimo, lo duplique.
A pesar de todo y tras las subidas generalizadas desde el inicio de la semana, el precio del crudo Brent, de referencia en Europa, bajó este jueves en el mercado de futuros de Londres. El barril para entrega en abril cotizó a 52,66 dólares al cierre del mercado, 72 centavos de dólar menos que en la jornada anterior. El precio del crudo de Texas también redujo su precio un 2,2 por ciento en Nueva York, cerrando por debajo de 54 dólares el barril, después de revisar los operadores con más calma los datos sobre existencias en Estados Unidos. Al cierre de la sesión regular, el Petróleo Intermedio de Texas (WTI), el de referencia de EEUU, para abril quedaba en 53,54 dólares el barril, 1,23 dólares menos que el miércoles.
El BCE alerta de los riesgos inflacionistas
Antes de conocerse estas leves caídas en los precios, el Banco Central Europeo (BCE) hacía hincapié en la necesidad de vigilar las posibles presiones inflacionistas y los riesgos a la baja para el crecimiento económico derivados del elevado precio del petróleo. En su último boletín de marzo, el BCE reitera que el elevado y volátil precio del petróleo supone un riesgo a la baja para el crecimiento económico de los doce países que comparten el euro.
El consejo de gobierno del BCE considera que el crecimiento económico continuará en 2005 y 2006, aunque la semana pasada revisó a la baja sus proyecciones de crecimiento para estos dos años. Las proyecciones de los expertos del Eurosistema de marzo de 2005 señalan un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) real de la zona euro, entre el 1,2 por ciento y el 2 por ciento durante 2005 y entre el 1,6 por ciento y el 2,6 por ciento en 2006.
Según afirma en su informe la entidad monetaria, estos pronósticos son inferiores a los publicados en diciembre de 2004, "como consecuencia de la mayor debilidad de la economía observada en los últimos meses de 2004". Además, "existen riesgos al alza para la estabilidad de precios a medio plazo, por lo que reclaman una vigilancia continuada del consejo de gobierno".