LD (Europa Press)Cree que la inflación permanecerá por encima del 3 por ciento a corto plazo, aunque se moderará por debajo del 2 por ciento a finales de 2009. El Fondo Monetario Internacional mejoró hoy su previsión de crecimiento para la eurozona en 2008, hasta cerca del 1,75 por ciento, 3,5 décimas más que en su anterior estimación, y hasta el 1,25 por ciento para 2009, 0,5 décimas más, informó hoy la institución en un informe conclusivo sobre la economía europea.
La institución pronosticó el pasado mes de abril un crecimiento para la eurozona del 1,4 por ciento en 2008, y del 1,2 por ciento en 2009. Las nuevas previsiones suponen un adelanto de la actualización de los nuevos pronósticos de Fondo para la economía mundial, que tendrá lugar en julio.
Los riesgos sobre estas previsiones siguen siendo elevados, agregó el FMI, debido a la actual coyuntura de crisis en los mercados financieros.
Tras la evolución al alza de 2007, ejercicio en el que el crecimiento de la eurozona alcanzó el 2,6 por ciento, el Fondo pronostica que "se ralentizará sustancialmente en los siguientes trimestres". La institución presidida por Dominique Strauss-Kahn agregó, no obstante, que espera que el crecimiento se acelere de nuevo a finales de 2009.
"Después de exceder el 2,5 por ciento en 2007, la actividad se desacelerará significativamente en gran parte en respuesta a los 'shocks' globales", declaró el Fondo, que, sin embargo, destacó la resistencia de la zona euro al impacto de dichos 'shocks', como muestra el sólido crecimiento registrado en el primer trimestre de 2008, del 2,2 por ciento, según las últimas cifras de Eurostat.
"Shocks" en la Eurozona
Entre estos shocks que afronta la eurozona, el FMI destaca la evolución de la inflación debido a la escalada alcista de los precios del crudo y alimentos, que a corto plazo permanecerá por encima del 3 por ciento para moderarse por debajo del 2 por ciento a finales de 2009.
Por otro lado, la desaceleración de los mercados inmobiliarios, aunque de distinto grado según las regiones, dañará "la demanda agregada de la construcción", y el poder adquisitivo y capacidad de gasto de los hogares.
Además, la crisis financiera conducirá a un endurecimiento de las condiciones financieras. Con respecto a la crisis, el Fondo muestra su satisfacción por el progreso de los bancos en materia de reconocimiento de sus pérdidas, pero se muestra convencido de que los estándares del crédito se van a volver mucho más estrictos.
Por último, el Fondo afirma que la ralentización de la demanda global debilitará las exportaciones de la eurozona, en un contexto, además, de fortaleza del euro frente al dólar.
Es adecuado mantener los tipos
En este contexto, y teniendo en cuenta la escalada de la inflación y el resto de los factores, "es apropiado" mantener los tipos estables, destacó el Fondo con respecto a la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE).
Sin embargo, "las perspectivas en materia de política monetaria podrían cambiar" siempre que se cumplan sus perspectivas y retrocedan las presiones inflacionistas, establece el FMI.
El Fondo hace balance de la situación económica en la eurozona en el día en el que el BCE cumple 10 años, y destaca la estabilidad económica y los avances en materia de empleo logrados en el periodo, aunque afirma que todavía queda mucho trabajo por hacer, por ejemplo, en materia de productividad.
"La relativa protección ofrecida por el euro no debe permitir que se distraiga la atención de los desafíos que plantea la construcción de una vibrante unión económica como un asunto de común interés y destino", agrega el informe.
Revisar los proyectos de biodiésel
Por último, y en respuesta a los desafíos que plantean los elevados precios de los alimentos, el FMI recomienda sin falta que se dé un impulso a las negociaciones agrícolas para la conclusión de la Ronda de Doha, lo que supone "la respuesta correcta" en favor de la liberalización del mercado a escala mundial. Las políticas con respecto a la producción de biodiesel, sobre las que el FMI se ha mostrado muy crítico en sus últimos informes, "deben de ser revisadas".
"El liderazgo de la Unión Europea en el papel de facilitar una conclusión ambiciosa a la Ronda de Doha que liberalice el comercio en agricultura, bienes industriales y servicios, puede proporcionar un contrapeso crítico a las crecientes presiones inflacionistas", asegura el Fondo.