"Si los precios de los alimentos suben aún más y los del petróleo se mantienen, algunos gobiernos ya no podrán alimentar a su población y, al mismo tiempo, mantener la estabilidad de sus economías", advierte Strauss-Kahn en una conferencia.
En África, el continente más amenazado, están en peligro las mejoras económicas de los últimos años y el progreso hacia los Objetivos del Milenio de la ONU, según el jefe del FMI. Otros países especialmente vulnerables son Haití, Nicaragua y Honduras en América Latina, y Mongolia, Pakistán y Bangladesh, en Asia, por ejemplo, porque son importadores netos de petróleo y comida, de acuerdo con el FMI, que ha divulgado este martes el primer análisis detallado sobre el tema.
"El cuadro es de un mundo en crisis", advierte Strauss-Kahn, quien señala que espera una respuesta "enérgica" del G8 la próxima semana en su cumbre en Japón. El jefe del FMI llevará bajo el brazo el informe divulgado este martes, pero para algunos de los participantes previsiblemente será difícil digerir algunas de sus recomendaciones.
"La posición general del Fondo es que los subsidios deberían ser eliminados", añade Plant. Destaca que en Estados Unidos las subvenciones desvían parte de la cosecha de maíz y trigo para la producción de etanol, y contrapuso la "buena" política de Brasil, que saca el biocarburante de caña de azúcar, cultivada en tierras donde no desplaza a otro alimento y sin subsidios.
Sanjeev Gupta, asesor del departamento de asuntos fiscales del FMI, indica que el organismo está a favor de que Estados Unidos elimine su arancel a la importación de etanol brasileño. El FMI también instará al G8 que se ponga las pilas para lograr un acuerdo en la ronda de Doha de negociaciones en la Organización Mundial de Comercio (OMC) que elimine trabas al mercado alimenticio.
Menos trabas al comercio internacional
También pedirá más inversión en la agricultura, aunque no a expensas de la salud y la educación, según Plant. En todo caso, el mensaje del FMI es que los precios seguirán altos y que es necesaria una respuesta coordinada a nivel mundial. Su análisis coincide con la evaluación de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que augura un mercado "en tensión" por lo menos hasta 2013.
Aunque la producción de alimentos es más flexible que la de crudo, el FMI cree que la demanda seguirá potente ante el aumento de la renta per cápita en China e India. El resultado hasta ahora del salto en los precios ha sido muy doloroso para algunos países. Desde enero de 2007, el alza del valor de los alimentos les ha costado 2.300 millones de dólares a 33 naciones pobres que son importadoras netos de comida.
En el mismo período, para 59 países de baja renta la escalada del petróleo les ha dejado una factura de 35.800 millones de dólares, una cifra que equivale al 2,2 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB). Además del golpe que ha supuesto para su erario público, esos aumentos han avivado la inflación. En África el alza de precios ya ha vuelto a los dos dígitos en media, al colocarse en el 10,8 por ciento, según el FMI.
Como respuesta "no recomendaríamos una subida de las tasas de interés indiscriminada", por su efecto de freno de la actividad económica, advirtió Thomas Helbling, asesor del departamento de Análisis del Fondo. La clave es que los Gobiernos no acepten ajustes salariales que cimenten el nivel de inflación, según Benedictine Christensen, directora interina del departamento de África.