LD (EFE) En un escueto comunicado, el ministerio explicó que el Gobierno francés "acaba de notificar a la Comisión Europea la situación de sus finanzas públicas en el año 2002". En el comunicado se señala que, respecto a la previsión de déficit del 2,8 por ciento del PIB presentada en noviembre pasado, la diferencia de dos décimas porcentuales se debe "principalmente a las minusvalías constatadas a finales de año en los ingresos fiscales".
El ministro de Economía, Francis Mer, consideró que un déficit del 3 por ciento del PIB "no puede llevar a la Comisión Europea a iniciar un procedimiento por déficit excesivo", sino "a decirnos, por ejemplo, que pongamos atención". La deuda pública a finales de año representaba el 59,1 por ciento del PIB, indicó el departamento de Economía y Finanzas, muy cerca del tope del 60 fijado como criterio por el Tratado de Maastricht para acceder a la moneda única.
El primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, ha comentado que no quiere dejar que aumente el déficit, aunque a continuación se ha reafirmado en su idea de que no aplicará una política "de austeridad". El ponente de Presupuestos del Senado, Philippe Marini, miembro de la mayoría gubernamental, auguró la semana pasada que si no se reducen partidas de gastos o se incrementan las fuentes de ingresos públicos, el déficit público superará este año el 4 por ciento del PIB.
El Gobierno francés admitió la semana pasada que este año no se podrá alcanzar el 2,5 por ciento de crecimiento económico que figuraba en los presupuestos, pero no ha querido dar una nueva cifra. A pesar de todo, el Ejecutivo ha insistido en que mantiene sus objetivos de reducir el impuesto sobre la renta en un 30 por ciento en cinco años, como prometió el presidente francés, Jacques Chirac, en la campaña para su reelección el pasado año, aunque ha admitido que esas rebajas se retrasarán.
El ministro de Economía, Francis Mer, consideró que un déficit del 3 por ciento del PIB "no puede llevar a la Comisión Europea a iniciar un procedimiento por déficit excesivo", sino "a decirnos, por ejemplo, que pongamos atención". La deuda pública a finales de año representaba el 59,1 por ciento del PIB, indicó el departamento de Economía y Finanzas, muy cerca del tope del 60 fijado como criterio por el Tratado de Maastricht para acceder a la moneda única.
El primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, ha comentado que no quiere dejar que aumente el déficit, aunque a continuación se ha reafirmado en su idea de que no aplicará una política "de austeridad". El ponente de Presupuestos del Senado, Philippe Marini, miembro de la mayoría gubernamental, auguró la semana pasada que si no se reducen partidas de gastos o se incrementan las fuentes de ingresos públicos, el déficit público superará este año el 4 por ciento del PIB.
El Gobierno francés admitió la semana pasada que este año no se podrá alcanzar el 2,5 por ciento de crecimiento económico que figuraba en los presupuestos, pero no ha querido dar una nueva cifra. A pesar de todo, el Ejecutivo ha insistido en que mantiene sus objetivos de reducir el impuesto sobre la renta en un 30 por ciento en cinco años, como prometió el presidente francés, Jacques Chirac, en la campaña para su reelección el pasado año, aunque ha admitido que esas rebajas se retrasarán.