LD (EFE) El secretario general del Consejo Mundial de la Energía dijo que con estas subidas de precios probablemente "los ciudadanos empiecen a entender mejor que existen más opciones y a ver de modo distinto la seguridad de las plantas de energía nuclear". Precisamente, el director del informe, Alessandro Clerici, insistió en que una de las claves para el desarrollo de la energía nuclear está en la opinión pública, que "debería aceptar la seguridad" de este tipo de energía, con la que actualmente se produce cerca del 30 por ciento de la electricidad en Europa.
A juicio de Clerici, la oposición de la población a la energía nuclear se da por la "falta de información", algo que, según él, ya ocurrió con el accidente nuclear de Chernobil (Ucrania) en 1986, el mayor desastre nuclear de la historia. No obstante, a su juicio, la "mayor preocupación" de la población está este martes centrada en los cementerios nucleares, donde deberían acumularse los desperdicios generados por estas actividades, circunstancia que achaca al fracaso de la comunidad nuclear para informar sobre su seguridad.
Las poblaciones cercanas donde se quiere ubicar un cementerio de este tipo se opone por sistema, según él, algo que curiosamente no ocurre en Suecia, donde dos municipios luchan por acoger un cementerio nuclear por los cuantiosos beneficios que llevará a la zona. El informe, que alerta de que Europa importa actualmente la mitad de su energía y de que crecerá hasta el 70 por ciento en el año 2030, concluye que con la generación actual de energía nuclear se puede evitar la emisión de 500 millones de toneladas de CO2 (anhídrido carbónico), entre el 15 y el 20 por ciento de las emisiones de la Unión Europea (UE). De hecho ésta es una de las ventajas que el CME utiliza para defender el desarrollo de la energía nuclear, ya que evitar las emisiones de CO2 desaceleraría el calentamiento global que sufre actualmente el planeta y que podría traer consecuencias fatales.
En cuanto a las posibilidades de que haya un nuevo accidente como el de Chernobil, el director del informe aseguró que son "muy, muy bajas" y que con la tercera generación de reactores que se empieza a desarrollar es "100 veces más difícil" y se genera "100 veces menos desperdicios porque son más eficientes". Los autores del estudio denunciaron que los políticos en Europa actúen "buscando el voto" en lugar de hacerlo de manera responsable y abogaron por una política energética común europea para que cada país no haga cada lo que quiera".
En cuanto a las energías renovables, señalaron que es una fuente de electricidad que ellos también defienden y que puede convivir con el desarrollo de la energía nuclear, pero que no puede suplir por sí misma las necesidades de energía, puesto que actualmente no supera el 1 por ciento del consumo mundial. El Consejo Mundial de Energía, fundado en 1923 y con sede en Londres, está integrado por representantes de los sectores público y privado de 90 países y se propone, según su lema, "promover el abastecimiento y uso sostenible de energía para el gran beneficio de todos".
A juicio de Clerici, la oposición de la población a la energía nuclear se da por la "falta de información", algo que, según él, ya ocurrió con el accidente nuclear de Chernobil (Ucrania) en 1986, el mayor desastre nuclear de la historia. No obstante, a su juicio, la "mayor preocupación" de la población está este martes centrada en los cementerios nucleares, donde deberían acumularse los desperdicios generados por estas actividades, circunstancia que achaca al fracaso de la comunidad nuclear para informar sobre su seguridad.
Las poblaciones cercanas donde se quiere ubicar un cementerio de este tipo se opone por sistema, según él, algo que curiosamente no ocurre en Suecia, donde dos municipios luchan por acoger un cementerio nuclear por los cuantiosos beneficios que llevará a la zona. El informe, que alerta de que Europa importa actualmente la mitad de su energía y de que crecerá hasta el 70 por ciento en el año 2030, concluye que con la generación actual de energía nuclear se puede evitar la emisión de 500 millones de toneladas de CO2 (anhídrido carbónico), entre el 15 y el 20 por ciento de las emisiones de la Unión Europea (UE). De hecho ésta es una de las ventajas que el CME utiliza para defender el desarrollo de la energía nuclear, ya que evitar las emisiones de CO2 desaceleraría el calentamiento global que sufre actualmente el planeta y que podría traer consecuencias fatales.
En cuanto a las posibilidades de que haya un nuevo accidente como el de Chernobil, el director del informe aseguró que son "muy, muy bajas" y que con la tercera generación de reactores que se empieza a desarrollar es "100 veces más difícil" y se genera "100 veces menos desperdicios porque son más eficientes". Los autores del estudio denunciaron que los políticos en Europa actúen "buscando el voto" en lugar de hacerlo de manera responsable y abogaron por una política energética común europea para que cada país no haga cada lo que quiera".
En cuanto a las energías renovables, señalaron que es una fuente de electricidad que ellos también defienden y que puede convivir con el desarrollo de la energía nuclear, pero que no puede suplir por sí misma las necesidades de energía, puesto que actualmente no supera el 1 por ciento del consumo mundial. El Consejo Mundial de Energía, fundado en 1923 y con sede en Londres, está integrado por representantes de los sectores público y privado de 90 países y se propone, según su lema, "promover el abastecimiento y uso sostenible de energía para el gran beneficio de todos".