La burbuja de la deuda pública continúa dando quebraderos de cabeza a los países de la eurozona. El anuncio del plan alemán para realizar quiebras "ordenadas" de los estados con más déficit público y menos capacidad para encontrar financiación en el mercado ha desatado otra vez la tormenta en los mercados. Y en España todo esto se produce en un momento en el que se retrasan las reformas estructurales tímidamente anunciadas por el Gobierno, con unas cuentas públicas que no se cree nadie y con una economía estancada con la mayor tasa de paro del mundo desarrollado.
El Economista inicia hoy una serie de tres artículos para "pasar revista a los renglones torcidos" de la economía española y comienza desmontando la idea de que en España se ahorre más y crezca el consumo, como defiende la vicepresidenta Salgado. En realidad el tímido repunte de las compras en el primer semestre ha sido para evitar la subida del IVA realizada en la segunda mitad del año y los hogares están tan endeudados que el consumo es puntual y pagado con la renta ahorrada, sin crédito.
Si a esto le sumamos la reducción de la renta disponible de los hogares, por la contención salarial o el desempleo -además de la ofensiva fiscal del sector público y la subida de los precios- ya sabemos por qué ni sube el gasto de las familias ni aumenta su ahorro. El problema añadido es que el Gobierno da por sentado que el consumo crecerá el año que viene, lo que aumentará los ingresos fiscales, reducirá el déficit y permitirá que los inversores recuperen la confianza en la economía española. Como la premisa inicial es falsa, pues los mercados empiezan ya a castigar las mentiras elevando la prima de riesgo de nuestra deuda.
Todos los diarios salmón destacan que los inversores vuelven a temer que España no pueda hacer frente a su enorme endeudamiento (tanto público como privado). Expansión explica que"la crisis de la deuda dispara el riesgo-país y sacude a la banca" y publica una entrevista con José Manuel González Páramo, miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE) que dice lo que es ya un secreto a voces: "el BCE no descarta subir los tipos a medio plazo".
El directivo del organismo monetario recuerda que la misión del BCE es contener la inflación y para ello aumentará los tipos (que están en mínimos históricos) si es necesario y aunque se mantengan las ayudas a los bancos y cajas de ahorros. Esto, en lenguaje sencillo, implica que el banco central subirá los tipos de interés cuando la inflación de la eurozona supere el 2%, lo que hundirá a los países más endeudados. Una muy mala noticia para España, ya que aumentará el coste de la financiación del sector público, de los hogares y de las empresas.
Expansión habla en su Editorial del "río revuelto de las economías en apuros" y considera que "urge que España se desmarque cuanto antes del pelotón que va a la zaga de la eurozona". A este respecto indica que "a medida que la canciller Merkel desvela su propuesta para un mecanismo estable destinado a atajar las crisis soberanas, las primas de riesgo de los llamados países periféricos en apuros se han disparado. Los inversores meten a España en ese saco siguiendo la guía simplista e injusta de los analistas". Entendemos que el diario no quiera echar más leña al fuego, pero España está en ese "saco" por meritos propios.
Esta línea exculpatoria también la comparte el diario económico de Prisa, Cinco Días, que habla de "ataques especulativos" de los inversores a la deuda irlandesa y portuguesa que "se extienden a España". Ya saben, si uno cree a Zapatero y sus secuaces y compra deuda pública es un inversor, pero si la vender porque no confía en las cuentas del Estado entonces es un maldito especulador que debe ser fusilado al amanecer. Recomiendo a todo aquel que quiera saber qué es esto de la especulación que lean al profesor Rallo.
Por cierto, que en medio de todo este follón va el Ministerio de Trabajo que dirige el camarada Valeriano y anuncia que "Trabajo hará permanente la ayuda de 426 euros a los parados". ¡Sí señor! ¡Eso es política! Da igual que el agujero de la caja pública ponga a España al borde de la suspensión de pagos cada vez que Zapatero abre la boca, si hace falta comprar votos de parados que están en el umbral de la pobreza pues se compran ¡Faltaría más! Experiencia tienen los socialistas, y si no pregunten en Extremadura o Andalucía.