El anuncio coincide en pleno debate de los líderes de la Unión Europea sobre un posible instrumento para ayudar al país heleno en caso de que su maltrecha economía lo necesite. España aportará 2.000 millones a Grecia si hay rescate.
La noticia ha sido rápidamente aplaudida por las Bolsas europeas, donde las dudas sobre la solvencia de algunas economías europeas se palpita cada día. Hasta el estallido de la crisis financiera, el BCE aceptaba habitualmente la deuda estatal como garantía para prestar efectivo a los bancos comerciales cuando ésta tenía al menos una calificación crediticia de "A".
Pero a raíz del bloqueo del mercado de créditos interbancarios, la institución decidió flexibilizar esas reglas y aceptar bonos con calificaciones inferiores. Así, ahora se acepta como garantía para sus préstamos toda deuda con calificación superior a "BBB-".
En principio, esta medida extraordinaria tenía como fecha de caducidad en 2010, lo que podría haber supuesto un duro revés para países que, como Grecia, han visto rebajada la calificación de su deuda.
De este modo, el país heleno corría el riesgo de que sus bonos dejasen de ser aceptados como garantía de los préstamos solicitados por las entidades financiera a partir de finales de este año, lo que podría derivar en una crisis de liquidez en una nación que ha iniciado un duro plan de recorte de gastos para tratar de reducir su abultado déficit público.
"El Consejo de Gobierno del BCE tiene intención de mantener el umbral mínimo en el marco colateral a nivel BBB- más allá del fin de 2010", señaló Trichet, según informa Efe.
En realidad, más que una ayuda al gobierno heleno, es un salvavidas para los bancos alemanes y franceses, que son las entidades financieras que más deuda pública tienen entre sus activos. Por lo tanto, los bancos que hayan comprado bonos o letras griegas podrán seguir pidiendo préstamos al BCE poniendo estos productos de inversión como garantía "colateral" de los créditos.
Por otra parte, garantizó que el BCE mantendrá al menos hasta octubre otras de las medidas puestas en marcha para facilitar financiación a los bancos durante la crisis, pero insistió en que éstas no se mantendrán indefinidamente para evitar la "dependencia". El sistema financiero español es uno de los que más dependen de la liquidez del organismo monetario.
Bruselas aplaude a Trichet