LD (EFE) Tras subir las tasas el mes pasado en 25 puntos básicos, Trichet afirmó que el banco "observará muy de cerca" la evolución de los riesgos inflacionistas, lo que hasta ahora se había interpretado como una señal de que habría un aumento dos meses después, en este caso en febrero. Pero, al mismo tiempo, el presidente del BCE insistió en que considerar que el banco subirá las tasas en febrero "sería una interpretación equivocada" y que la entidad monetaria "se reserva la posibilidad de actuar en cualquier momento".
Por eso, las perspectivas de los analistas sobre el futuro de las tasas son actualmente dispares, aunque la mayoría espera, al menos, una alza más del precio del dinero en 2007, posiblemente en febrero o marzo. Los analistas coinciden, no obstante, en que el banco aminorará el ritmo de incrementos que mantuvo en 2006, que hizo que los tipos pasasen del 2,25 por ciento al 3,5 por ciento actual, debido a que algunos factores podrían lastrar la expansión económica de la eurozona en 2007.
Según los expertos del banco alemán DZ Bank, la apreciación del euro, que actualmente se cambia en torno a 1,30 dólares, y la ralentización de la economía estadounidense podrían frenar el crecimiento del área este año. Al mismo tiempo, también podría lastrar la coyuntura de los países de la eurozona una eventual subida de los precios del petróleo y el aumento del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) hasta el 19 por ciento en Alemania, la mayor economía de los Trece.
Pese a estas presiones a la baja para el crecimiento, la mayoría de los expertos pronostica que la economía del área del euro continuará al alza y calcula que la región crecerá en torno al 2 por ciento este año. Además, la cota de desempleo en la eurozona, que bajó en noviembre hasta el 7,6 por ciento de la población activa, y la mejora de la demanda interna hacen pensar que el área podría resistir más subidas de tipos.
El fuerte crecimiento de la masa monetaria y del crédito, sobre el que el BCE ha mostrado su preocupación en varias ocasiones, también justificaría un incremento del precio del dinero porque es un riesgo inflacionista, según los expertos. El crecimiento anual de la masa monetaria en circulación en la eurozona, medido por el agregado M3, subió en noviembre hasta el 9,3 por ciento, frente al 8,5 por ciento de octubre, el nivel más alto desde abril de 1990.
Mientras que la masa monetaria supera ampliamente el nivel de referencia del 4,5 por ciento que establece el BCE para asegurar a medio plazo la estabilidad de precios, la inflación, que es el otro pilar en que la entidad basa su política monetaria, se ha situado los últimos cuatro meses por debajo del tope del 2 por ciento fijado por el banco. El Índice Armonizado de Precios de Consumo (IAPC) permaneció en diciembre en el 1,9 por ciento, igual que en noviembre, según el primer cálculo de la oficina de estadística comunitaria, Eurostat.
Por eso, las perspectivas de los analistas sobre el futuro de las tasas son actualmente dispares, aunque la mayoría espera, al menos, una alza más del precio del dinero en 2007, posiblemente en febrero o marzo. Los analistas coinciden, no obstante, en que el banco aminorará el ritmo de incrementos que mantuvo en 2006, que hizo que los tipos pasasen del 2,25 por ciento al 3,5 por ciento actual, debido a que algunos factores podrían lastrar la expansión económica de la eurozona en 2007.
Según los expertos del banco alemán DZ Bank, la apreciación del euro, que actualmente se cambia en torno a 1,30 dólares, y la ralentización de la economía estadounidense podrían frenar el crecimiento del área este año. Al mismo tiempo, también podría lastrar la coyuntura de los países de la eurozona una eventual subida de los precios del petróleo y el aumento del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) hasta el 19 por ciento en Alemania, la mayor economía de los Trece.
Pese a estas presiones a la baja para el crecimiento, la mayoría de los expertos pronostica que la economía del área del euro continuará al alza y calcula que la región crecerá en torno al 2 por ciento este año. Además, la cota de desempleo en la eurozona, que bajó en noviembre hasta el 7,6 por ciento de la población activa, y la mejora de la demanda interna hacen pensar que el área podría resistir más subidas de tipos.
El fuerte crecimiento de la masa monetaria y del crédito, sobre el que el BCE ha mostrado su preocupación en varias ocasiones, también justificaría un incremento del precio del dinero porque es un riesgo inflacionista, según los expertos. El crecimiento anual de la masa monetaria en circulación en la eurozona, medido por el agregado M3, subió en noviembre hasta el 9,3 por ciento, frente al 8,5 por ciento de octubre, el nivel más alto desde abril de 1990.
Mientras que la masa monetaria supera ampliamente el nivel de referencia del 4,5 por ciento que establece el BCE para asegurar a medio plazo la estabilidad de precios, la inflación, que es el otro pilar en que la entidad basa su política monetaria, se ha situado los últimos cuatro meses por debajo del tope del 2 por ciento fijado por el banco. El Índice Armonizado de Precios de Consumo (IAPC) permaneció en diciembre en el 1,9 por ciento, igual que en noviembre, según el primer cálculo de la oficina de estadística comunitaria, Eurostat.