LD (EFE) En su boletín de enero, la entidad se hace eco de algunas virtudes de la fortaleza de la moneda única, que desde enero del año pasado ha ganado más del 20 por ciento frente al dólar, pero también advierte de que está preocupada por "los excesivos movimientos de los tipos de cambio".
Así, el BCE reconoce que "la reciente evolución de los tipos de cambio están teniendo un efecto negativo sobre la competitividad de los precios de los exportadores en la zona euro", aunque predice que debido a la expansión de la demanda global, las exportaciones europeas crecerán en su conjunto.
En la sesión matinal, la moneda comunitaria mantenía su carrera ascendente de las pasadas semanas y hacia las 10.00 horas GMT se pagaba en Fráncfort a 1,2725 dólares. Finalmente, el BCE fijó su cambio oficial en los 1,2710 dólares. Los expertos creen que las perspectivas siguen siendo favorables para el euro y no descartan que la moneda avance en breve hasta 1,2789 dólares.
Entre los efectos positivos de la apreciación del euro, el banco europeo recuerda que al abaratarse las importaciones, ante todo las de petróleo, que se facturan en dólares, la pujanza del euro está teniendo un efecto suavizante para la inflación, que en diciembre bajó sorprendentemente dos décimas, hasta el 2,0 por ciento, colocándose así en las inmediaciones del objetivo fijado por el banco.
A corto plazo, el BCE augura que la subida de los precios se mantendrá al torno al 2 por ciento, pero a lo largo de este año espera que caiga por debajo de esta cifra, siempre que no haya nuevas conmociones, como podría ser una nueva crisis del crudo.