LD (EFE) En un informe publicado este jueves, la entidad europea considera que, una vez que se incorporen a la Unión Europea (UE), estos países "deberán considerar su política cambiaria una cuestión de interés común" y añade que el objetivo principal de su política monetaria "debe ser la estabilidad de precios".
Sin embargo, aparte de estas obligaciones recogidas también en el Tratado de Maastricht, la elección de las estrategias de política monetaria y el tipo de cambio tras su incorporación "es responsabilidad y prerrogativa de cada Estado". "No se puede determinar ni recomendar un único modelo que seguir", dice el BCE, que añade que el consejo de gobierno de la entidad europea "podrá realizar recomendaciones específicas a cada país".
Los diez países que pasarán a formar parte de la UE en mayo de 2004 son la República Checa, Hungría, Polonia, Letonia, Lituania, Estonia, Eslovenia, Malta, Chipre y Eslovaquia. Según el Tratado de Maastricht, los nuevos miembros se incorporarán en algún momento después de la adhesión al Mecanismo de Tipos de Cambio (MTC II) y, cuando cumplan los criterios de convergencias, adoptarán el euro.
Sin embargo, aparte de estas obligaciones recogidas también en el Tratado de Maastricht, la elección de las estrategias de política monetaria y el tipo de cambio tras su incorporación "es responsabilidad y prerrogativa de cada Estado". "No se puede determinar ni recomendar un único modelo que seguir", dice el BCE, que añade que el consejo de gobierno de la entidad europea "podrá realizar recomendaciones específicas a cada país".
Los diez países que pasarán a formar parte de la UE en mayo de 2004 son la República Checa, Hungría, Polonia, Letonia, Lituania, Estonia, Eslovenia, Malta, Chipre y Eslovaquia. Según el Tratado de Maastricht, los nuevos miembros se incorporarán en algún momento después de la adhesión al Mecanismo de Tipos de Cambio (MTC II) y, cuando cumplan los criterios de convergencias, adoptarán el euro.