LD (EFE) En un escueto hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el banco señala que la dimisión de Javier Valls fue aprobada por unanimidad en el Consejo de Administración del banco, que también aprovechó la ocasión para agradecerle los servicios prestados durante los más de 40 años que estuvo ligado a la entidad.
El Banco Popular –que ya avanzó el martes el relevo en la presidencia de Javier Valls– culmina así el proceso lógico de renovación en su cúpula, iniciado a finales de 2004, cuando nombró a Ron como presidente ejecutivo del grupo, en sustitución de Luis Valls –fallecido el pasado mes de febrero–.
Javier Valls permaneció entonces como presidente del banco, pero tanto el día a día de la entidad, como el proceso de modernización de una entidad a la que siempre se ha relacionado con el Opus Dei fue cosa de Ángel Ron.
Desde que el martes se conocieran las intenciones de Javier Valls de dimitir, la bolsa ha elevado el valor de las acciones de la entidad en más de un seis por ciento, en lo que los expertos atribuyen a la posibilidad de que, "una vez fuera el último de los Valls, la entidad podría ser adquirida". No obstante, Ron ha expresado en numerosas ocasiones que desea mantener el mismo espíritu de independencia que ha presidido la actuación del Banco Popular en las últimas décadas y, en diversas declaraciones, ha insistido en que el banco liderará cualquier operación corporativa.
La dimisión de Javier Valls supone la retirada de uno de los históricos de la banca española, después de 17 años como presidente del Banco Popular. Se encargaba, entre otras cosas, de representar al Popular en los actos de carácter público y privados y en los organismos internacionales y, según sus colaboradores, ha sido en todo momento una persona amable y extrovertida, a la que nunca faltó una sonrisa ni en los peores momentos.
Barcelonés y a punto de cumplir 76 años, ha dedicado 43 años de su vida a la entidad financiera, en la que ingresó en 1963 como consejero adjunto a la presidencia. Inició sus estudios en Roma, que siguió en Pamplona y Barcelona, ciudad en la que obtuvo la licenciatura en Derecho en 1952, desde donde se trasladó a Estados Unidos. Allí permaneció los dos años siguientes, donde aprendió inglés en la Universidad de Columbia de Nueva York, centro en el que también cursó estudios y prácticas comerciales, jurídicas y bancarias.
También aprendió las lenguas francesa, italiana, holandesa y alemana y en 1959 permaneció en Holanda con el grupo internacional de la "Algemene Kunstzijde Unie de Arnhem". Está casado con Cristina Muls Delassue y es padre de dos hijos, le gusta la música, el arte, la cultura y los viajes, además de los deportes náuticos, la práctica del esquí y la del golf.
El Banco Popular –que ya avanzó el martes el relevo en la presidencia de Javier Valls– culmina así el proceso lógico de renovación en su cúpula, iniciado a finales de 2004, cuando nombró a Ron como presidente ejecutivo del grupo, en sustitución de Luis Valls –fallecido el pasado mes de febrero–.
Javier Valls permaneció entonces como presidente del banco, pero tanto el día a día de la entidad, como el proceso de modernización de una entidad a la que siempre se ha relacionado con el Opus Dei fue cosa de Ángel Ron.
Desde que el martes se conocieran las intenciones de Javier Valls de dimitir, la bolsa ha elevado el valor de las acciones de la entidad en más de un seis por ciento, en lo que los expertos atribuyen a la posibilidad de que, "una vez fuera el último de los Valls, la entidad podría ser adquirida". No obstante, Ron ha expresado en numerosas ocasiones que desea mantener el mismo espíritu de independencia que ha presidido la actuación del Banco Popular en las últimas décadas y, en diversas declaraciones, ha insistido en que el banco liderará cualquier operación corporativa.
La dimisión de Javier Valls supone la retirada de uno de los históricos de la banca española, después de 17 años como presidente del Banco Popular. Se encargaba, entre otras cosas, de representar al Popular en los actos de carácter público y privados y en los organismos internacionales y, según sus colaboradores, ha sido en todo momento una persona amable y extrovertida, a la que nunca faltó una sonrisa ni en los peores momentos.
Barcelonés y a punto de cumplir 76 años, ha dedicado 43 años de su vida a la entidad financiera, en la que ingresó en 1963 como consejero adjunto a la presidencia. Inició sus estudios en Roma, que siguió en Pamplona y Barcelona, ciudad en la que obtuvo la licenciatura en Derecho en 1952, desde donde se trasladó a Estados Unidos. Allí permaneció los dos años siguientes, donde aprendió inglés en la Universidad de Columbia de Nueva York, centro en el que también cursó estudios y prácticas comerciales, jurídicas y bancarias.
También aprendió las lenguas francesa, italiana, holandesa y alemana y en 1959 permaneció en Holanda con el grupo internacional de la "Algemene Kunstzijde Unie de Arnhem". Está casado con Cristina Muls Delassue y es padre de dos hijos, le gusta la música, el arte, la cultura y los viajes, además de los deportes náuticos, la práctica del esquí y la del golf.