L D ( EFE ) De hecho, el margen de explotación -que mide el negocio típico bancario- aumentó un 32 por ciento, hasta los 153,2 millones de euros, gracias a la contención en los costes de administración y al aumento de su volumen de negocio, informó hoy la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Esta mejora de la actividad se reflejó en un incremento del 31,9 por ciento en los créditos, que fue del 49,5 por ciento en el saldo hipotecario, y del 20,1 por ciento en los recursos de clientes gestionados.
Por su parte, el margen de intermediación de la entidad -la diferencia entre lo que paga por sus depósitos y cobra por sus créditos- se elevó un 5,8 por ciento al cierre del ejercicio, hasta los 298 millones de euros, y el ordinario -que añade las comisiones y las operaciones financieras- creció un 11,7 por ciento, hasta los 390 millones de euros. La entidad ingresó en 2003 un 18,7 por ciento más en concepto de comisiones que en el ejercicio anterior, en tanto que las operaciones financieras le aportaron ganancias de 3,8 millones de euros, frente a las pérdidas de 6,5 millones que registró en este apartado en 2002.
Además, los gastos generales y otras cargas de explotación se elevaron un 3,5 por ciento, una subida moderada teniendo en cuenta que la entidad se halla inmersa en un ambicioso proceso de expansión, en el que se han abierto 49 oficinas el año pasado. Todo esto se ha traducido en una sustancial mejora del ratio de eficiencia -cuantía gastada por cada cien euros ingresados-, en línea con la intención del Pastor de acercarse a la media del resto de las entidades españolas. Los fuertes incrementos en los márgenes no se reflejan finalmente en el beneficio del grupo debido al fuerte recorte del 36,7 por ciento en los resultados de las operaciones de grupo, a la duplicación de las aportaciones al fondo de comercio y al aumento del 47 por ciento en las dotaciones a provisiones para insolvencias, explica la entidad.
También resultan perjudicadas las ganancias por los resultados extraordinarios, que supusieron el año pasado unas pérdidas de 8,4 millones de euros frente a las ganancias de 1,5 millones del ejercicio anterior. Además, la factura tributaria de la entidad se ha disparado desde el millón de euros que tuvo que pagar el año pasado hasta 26 millones de euros, debido a que en 2003 desaparecieron los beneficios fiscales del año anterior por la exteriorización de los planes de pensiones de los empleados del grupo.
El Grupo Pastor ha logrado reducir su tasa de morosidad al 0,66 por ciento, desde el uno por ciento de 2002, al tiempo que el índice de cobertura para posibles insolvencias se elevó al 237,9 por ciento, muy superior al 166 por ciento registrado en 2002. En cuanto a las principales partidas del balance, el banco informó hoy de que el saldo crediticio se elevaba al término del año a 9.769 millones, un 31,9 por ciento más, al tiempo que los recursos gestionados de clientes se situaron en 10.112 millones, después de que los depósitos crecieran un 10,4 por ciento y los fondos de inversión y de pensiones, un 17,3 por ciento.
Esta mejora de la actividad se reflejó en un incremento del 31,9 por ciento en los créditos, que fue del 49,5 por ciento en el saldo hipotecario, y del 20,1 por ciento en los recursos de clientes gestionados.
Por su parte, el margen de intermediación de la entidad -la diferencia entre lo que paga por sus depósitos y cobra por sus créditos- se elevó un 5,8 por ciento al cierre del ejercicio, hasta los 298 millones de euros, y el ordinario -que añade las comisiones y las operaciones financieras- creció un 11,7 por ciento, hasta los 390 millones de euros. La entidad ingresó en 2003 un 18,7 por ciento más en concepto de comisiones que en el ejercicio anterior, en tanto que las operaciones financieras le aportaron ganancias de 3,8 millones de euros, frente a las pérdidas de 6,5 millones que registró en este apartado en 2002.
Además, los gastos generales y otras cargas de explotación se elevaron un 3,5 por ciento, una subida moderada teniendo en cuenta que la entidad se halla inmersa en un ambicioso proceso de expansión, en el que se han abierto 49 oficinas el año pasado. Todo esto se ha traducido en una sustancial mejora del ratio de eficiencia -cuantía gastada por cada cien euros ingresados-, en línea con la intención del Pastor de acercarse a la media del resto de las entidades españolas. Los fuertes incrementos en los márgenes no se reflejan finalmente en el beneficio del grupo debido al fuerte recorte del 36,7 por ciento en los resultados de las operaciones de grupo, a la duplicación de las aportaciones al fondo de comercio y al aumento del 47 por ciento en las dotaciones a provisiones para insolvencias, explica la entidad.
También resultan perjudicadas las ganancias por los resultados extraordinarios, que supusieron el año pasado unas pérdidas de 8,4 millones de euros frente a las ganancias de 1,5 millones del ejercicio anterior. Además, la factura tributaria de la entidad se ha disparado desde el millón de euros que tuvo que pagar el año pasado hasta 26 millones de euros, debido a que en 2003 desaparecieron los beneficios fiscales del año anterior por la exteriorización de los planes de pensiones de los empleados del grupo.
El Grupo Pastor ha logrado reducir su tasa de morosidad al 0,66 por ciento, desde el uno por ciento de 2002, al tiempo que el índice de cobertura para posibles insolvencias se elevó al 237,9 por ciento, muy superior al 166 por ciento registrado en 2002. En cuanto a las principales partidas del balance, el banco informó hoy de que el saldo crediticio se elevaba al término del año a 9.769 millones, un 31,9 por ciento más, al tiempo que los recursos gestionados de clientes se situaron en 10.112 millones, después de que los depósitos crecieran un 10,4 por ciento y los fondos de inversión y de pensiones, un 17,3 por ciento.