(Libertad Digital) Frente a las últimas previsiones del Gobierno, que apuntaban a una caída del PIB 1,6% y la vuelta al crecimiento, del 1,2%, en 2010, el organismo supervisor cree que no habrá una "recuperación incipiente" hasta finales del año que viene, en el que a pesar del remonte la economía se seguirá contrayendo.
Sorprende que el vicepresidente económico, Pedro Solbes, compara esta visión, ya que entonces debería modificar las previsiones del Gobierno. Precisamente, el también ministro de Economía y Hacienda admitió que la economía española no ha tocado aún fondo y consideró que las nuevas previsiones del Banco de España son "un indicador de por dónde pueden ir las cosas".
En una pausa de la reunión informal del Ecofin (Consejo de Ministros de Finanzas de la UE), Solbes recalcó que el cálculo del Gobierno "era ajustado para las cifras que había en aquel momento", mientras que el del Banco de España "puede ser ajustado para las cifras que tenemos en este momento".
Las cifras del organismo supervisor ponen de relieve, según el titular de Economía y Hacienda, "que, todavía, de los datos existentes, no se aprecia que hayamos tocado fondo", aunque apuntó que hay "algún pequeño dato que permitiría pensar que la desaceleración se está parando.
El déficit público se dispara al 8% del PIB
El Banco de España advierte por otra parte de que el déficit público puede llegar tanto este año como el que viene al 8% del PIB, eso si no se adoptan más medidas discrecionales que las ya aprobadas.
Además, calcula que el empleo caerá este año el 5,2%, y el que viene seguirá habiendo destrucción de puestos de trabajo, con una bajada del 2,1%, mientras que la tasa media de paro será este año del 17,1% y del 19,4 por ciento en 2010.
El Banco de España advierte de que estas previsiones -que elabora todos los años en primavera en cumplimiento de la Ley de Estabilidad Presupuestaria- están cargadas de un alto grado de incertidumbre, y admite que pueden desviarse tanto a la baja como al alza.
Entre los riesgos a la baja que harían caer más la economía cita una mayor pérdida de la riqueza de las familias, que el comercio mundial descienda aún más o que se prolongue la inestabilidad financiera, que además, advierte, se podría "retroalimentar" con el descenso de la actividad, que agravaría los problemas de las entidades de crédito.
Por el contrario, señala que las medidas extraordinarias adoptadas por los gobiernos y bancos centrales del mundo podrían ayudar a una recuperación más rápida e intensa del PIB tanto a nivel global como en España, donde la sensibilidad de la carga financiera de las familias y empresas a los tipos de interés es muy elevada.
En cualquier caso incide en que para que las familias y las empresas cambien su actual actitud y apuesten por el gasto es "decisivo que el panorama actual de pesimismo se despeje".
El Banco de España insiste además en que la superación de la crisis internacional tendrá un "papel fundamental" en la recuperación española y en cuándo podrá ésta producirse.
Además, subraya que la intensidad de dicha recuperación, y la capacidad de crecimiento de España a largo plazo dependen, sobre todo, de que se acometan las reformas estructurales necesarias para mejorar la productividad y que la inversión sea asimismo más productiva.
El organismo supervisor explica que basa estas previsiones en el agravamiento que la recesión española está ya registrando, como lo muestra la caída de la demanda nacional y en concreto el "fuerte deterioro" de las decisiones de gasto tanto de las familias (en consumo y vivienda) como de las empresas (en inversión productiva).
Así, apunta a una caída de la demanda interna del 5,6% este año y del 2,4% en 2010, provocada por una fuerte caída de la inversión, (del 15,1% y del 10,3%, respectivamente) y, en menor medida, del consumo privado, que será de tres puntos este ejercicio y de uno el siguiente.
Como rasgo positivo, recuerda la mejora del sector exterior, ya que aunque las exportaciones se verán afectadas por el descenso del comercio internacional, el retroceso de las importaciones por la caída de la demanda será previsiblemente mayor. De esta forma, el sector exterior aportará al crecimiento 2,5 puntos, y 1,4 puntos el que viene.
El retroceso del consumo hará elevarse en gran medida la tasa de ahorro de las familias, que se situará este año en el 16% de la renta disponible, ya que los hogares posponen sus decisiones de gasto ante la elevada incertidumbre.
De la Vega se contradice y ya no habla de recuperación
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, no pudo evitar referirse a estas nuevas previsiones que hunden el mensaje de optimismo que ha venido defendiendo viernes tras viernes en sus comparecencias ante los medios de comunicación.
De la Vega ya no habla de recuperación económica, sino de “estabilización”, es decir, de una reducción del ritmo de caída de la economía española y declara que “estamos en el peor momento de la crisis” y que “los próximos meses serán muy duros”.
Además, admitió de forma velada que el plan de 8.000 millones de euros para que los ayuntamientos creen puestos de trabajo no tendrá repercusiones en la supuesta recuperación del mercado laboral, al afirmar que “la creación de empleo dependerá del restablecimiento del crédito a las empresas”.
Finalmente, admitió que “la situación es muy difícil porque estamos en la peor fase de la crisis, una crisis profunda”.
"Como ya dijo ayer el presidente, el Gobierno tiene confianza en que el segundo semestre del año tocaremos fondo", señaló De la Vega, quien, sin embargo, admitió que habrá que ir evaluando cómo se producen los acontecimientos en el futuro. "El Banco de España lo sabe y trabaja en ese sentido", añadió.