LD (EFE) Según la mayoría de los expertos, el BCE preferirá esperar a tener nuevos datos sobre la consolidación económica de la zona euro para aplicar un aumento de las tasas, a la vez que su presidente, Jean-Claude Trichet, endurecerá su discurso para insinuar la subida de marzo.
Pese al consenso generalizado acerca del alza del precio del dinero en marzo, algunos observadores no descantan del todo que el BCE decida elevar las tasas ahora. Uno de los factores que apoyan esta teoría es la publicación, el martes, del indicador de sentimiento económico en la Eurozona, que mejoró en enero 1,2 puntos y alcanzó las 101,8 unidades, su nivel más alto desde mediados de 2001.
Estos datos, difundidos por la Comisión Europea, constataron un aumento de la confianza en la industria, el comercio minorista y la construcción, así como entre los consumidores, lo que, según la institución europea, "fortalece las expectativas de que la tendencia alcista continúe en los próximos meses".
Aún así, son más los analistas que apuestan por que el banco aguardará a la publicación de algunos datos macroeconómicos importantes antes de restringir su expansiva política monetaria. A mediados de febrero se dará a conocer el crecimiento de la zona euro del cuarto trimestre de 2005 y, según los datos de países como Alemania, Francia o Italia, la recuperación de la zona podría haberse ralentizado a finales del pasado año. Además, el BCE publicará en marzo las proyecciones trimestrales internas de crecimiento e inflación para la Eurozona.
En este sentido, el miembro del directorio Lorenzo Bini Smaghi aseguraba que aún no hay señales claras sobre la fuerza del crecimiento económico en la eurozona "y por eso el banco debe ser cauteloso en esta primera fase de recuperación". En cambio, otros representantes de la entidad contradijeron esta afirmación, como el presidente del Bundesbank, Axel Weber, quien predijo que la economía alemana se expandirá y fortalecerá, o el economista jefe del BCE, Otmar Issing, quien sostuvo que el banco ha constatado un "ligero incremento" en la confianza del consumidor.
A esto hay que sumar que el BCE se ha mostrado preocupado recientemente por el alto volumen de liquidez en la zona euro y por el aumento de la concesión de créditos. La masa monetaria en la zona euro, medida por el agregado M3, bajó en diciembre hasta el 7,3 por ciento, frente al 7,6 por ciento de noviembre, en tanto que el volumen de créditos concedidos al sector privado tuvo una tasa muy elevada de crecimiento anual, del 9,1 por ciento en diciembre, frente al 9 por ciento de noviembre. En cuanto a la inflación, que la entidad vigila de cerca, los analistas afirman que se mantendrá a medio plazo por encima del 2 por ciento, el nivel que el BCE establece como límite para salvaguardar la estabilidad de precios.
Pese al consenso generalizado acerca del alza del precio del dinero en marzo, algunos observadores no descantan del todo que el BCE decida elevar las tasas ahora. Uno de los factores que apoyan esta teoría es la publicación, el martes, del indicador de sentimiento económico en la Eurozona, que mejoró en enero 1,2 puntos y alcanzó las 101,8 unidades, su nivel más alto desde mediados de 2001.
Estos datos, difundidos por la Comisión Europea, constataron un aumento de la confianza en la industria, el comercio minorista y la construcción, así como entre los consumidores, lo que, según la institución europea, "fortalece las expectativas de que la tendencia alcista continúe en los próximos meses".
Aún así, son más los analistas que apuestan por que el banco aguardará a la publicación de algunos datos macroeconómicos importantes antes de restringir su expansiva política monetaria. A mediados de febrero se dará a conocer el crecimiento de la zona euro del cuarto trimestre de 2005 y, según los datos de países como Alemania, Francia o Italia, la recuperación de la zona podría haberse ralentizado a finales del pasado año. Además, el BCE publicará en marzo las proyecciones trimestrales internas de crecimiento e inflación para la Eurozona.
En este sentido, el miembro del directorio Lorenzo Bini Smaghi aseguraba que aún no hay señales claras sobre la fuerza del crecimiento económico en la eurozona "y por eso el banco debe ser cauteloso en esta primera fase de recuperación". En cambio, otros representantes de la entidad contradijeron esta afirmación, como el presidente del Bundesbank, Axel Weber, quien predijo que la economía alemana se expandirá y fortalecerá, o el economista jefe del BCE, Otmar Issing, quien sostuvo que el banco ha constatado un "ligero incremento" en la confianza del consumidor.
A esto hay que sumar que el BCE se ha mostrado preocupado recientemente por el alto volumen de liquidez en la zona euro y por el aumento de la concesión de créditos. La masa monetaria en la zona euro, medida por el agregado M3, bajó en diciembre hasta el 7,3 por ciento, frente al 7,6 por ciento de noviembre, en tanto que el volumen de créditos concedidos al sector privado tuvo una tasa muy elevada de crecimiento anual, del 9,1 por ciento en diciembre, frente al 9 por ciento de noviembre. En cuanto a la inflación, que la entidad vigila de cerca, los analistas afirman que se mantendrá a medio plazo por encima del 2 por ciento, el nivel que el BCE establece como límite para salvaguardar la estabilidad de precios.