LD (EFE) La mayoría de los analistas esperaba que el crecimiento del PIB fuera del 3,6 por ciento entre abril y junio. A pesar de que las expectativas sus se han cumplido, los especialistas siguen esperando que el crecimiento del PIB sea a final de año del 4,5 por ciento, el más alto desde 1999.
Aunque los consumidores moderaron su gasto, entre abril y junio hubo un crecimiento saludable de los inventarios y el gasto en equipos por parte de las empresas. Los inventarios crecieron en el segundo trimestre a un ritmo anual de 47.500 millones de dólares, comparado con uno de 40.000 millones entre enero y marzo, mientras que las inversiones fijas de las empresas subieron a un ritmo anual del 8,9 por ciento, comparado con un crecimiento del 4,2 por ciento en el primer trimestre.
En el segundo trimestre la inflación se mantuvo moderada y la inflación subyacente –que excluye alimentos y combustibles– subió un 1,8 por ciento, comparado con un aumento del 2,1 por ciento en el primer trimestre. Además, el déficit comercial empeoró en el segundo trimestre, y alcanzó un ritmo anual de 552.800 millones de dólares, frente a los 550.100 millones de dólares en los tres primeros meses de 2004.
Aunque los consumidores moderaron su gasto, entre abril y junio hubo un crecimiento saludable de los inventarios y el gasto en equipos por parte de las empresas. Los inventarios crecieron en el segundo trimestre a un ritmo anual de 47.500 millones de dólares, comparado con uno de 40.000 millones entre enero y marzo, mientras que las inversiones fijas de las empresas subieron a un ritmo anual del 8,9 por ciento, comparado con un crecimiento del 4,2 por ciento en el primer trimestre.
En el segundo trimestre la inflación se mantuvo moderada y la inflación subyacente –que excluye alimentos y combustibles– subió un 1,8 por ciento, comparado con un aumento del 2,1 por ciento en el primer trimestre. Además, el déficit comercial empeoró en el segundo trimestre, y alcanzó un ritmo anual de 552.800 millones de dólares, frente a los 550.100 millones de dólares en los tres primeros meses de 2004.
La receta principal de Bush para estimular la economía ha sido la reducción de impuestos –con el fin de aumentar el consumo– así como las enormes inyecciones de dinero del Gobierno por la vía de devolución de tributos y el mayor gasto militar. Por su parte, la Reserva Federal ha cooperado en ese estímulo al gasto de los consumidores, que representa casi el 70 por ciento del PIB de EEUU, con una política monetaria generosa que ha mantenido las tasas de interés en su nivel más bajo en más de cuatro décadas.