LD (Agencias) "Tal y como hicimos notar en un informe del pasado 3 de abril, una recesión de doble repliegue a comienzos de 2009 es una posibilidad clara", señalan los autores del informe.
Por otro lado, el banco advierte de que el índice S&P 500 de la Bolsa de Nueva York se verá arrastrado por los previsiblemente "decepcionantes" resultados de las empresas en general, así como por una batería de recortes en las previsiones de las compañías, tras unos primeros signos "terribles" después de que unas pocas empresas hayan publicado ya sus cuentas del primer trimestre.
Los analistas del banco de inversión apuntan que de las cuatro compañías del S&P 500 que presentaron sus resultados trimestrales la semana pasada, tres quedaron por debajo de las expectativas y el mercado cayó un 2,7 pro ciento en la semana. "Pensamos que los débiles resultados son un signo de lo que vendrá en la temporada de presentación de cuentas del primer trimestre. Esperamos que el déficit de ganancias e ingresos del primer trimestre junto a las revisiones negativas para el conjunto de 2008 llevarán al S&P 500 más abajo (...) Los primeros resultados son una profecía de lo que puede venir", señala el informe.
En este sentido, el documento destaca que los decepcionantes resultados entre las grandes compañías tienen el mayor potencial bajista sobre el índice, no sólo por su mayor ponderación sino también por el valor simbólico y la perspectiva informativa que proporcionan sobre el estado de la economía.
Las empresas empeorarán aún más sus resultados
"Los resultados del pasado viernes de General Electric (GE), por debajo de lo previsto, se extendieron por el mercado, arrastrando un 2 por ciento al S&P 500 y con ningún sector en positivo", recuerda la nota. Asimismo, los autores del informe consideran que previsiblemente en las próximas semanas se producirán nuevas sorpresas negativas en relación a las previsiones de beneficio por acción.
"El consenso estima que las ganancias aumentarán un 7 por ciento en el primer trimestre excluyendo al sector financiero, lo que consideramos demasiado optimista. Sin tener en cuenta el sector financiero, las estimaciones del primer trimestre han bajado un 1,7 por ciento interanual, pero tras las noticias de GE, los fundamentales podrían haberse deteriorado más de los que los analistas prevén", señala el documento.
En este sentido, el informe advierte de que el S&P 500 ha caído un 14 por ciento desde sus máximos del pasado 9 de octubre y señala que la negociación aparentemente no parece seguir una tendencia, aunque apunta que, sin embargo, parece haber una fuerte relación entre el comportamiento y las revisiones de beneficio por acción, lo que en opinión de los analistas de Goldman Sachs sugiere que "pese al ruido de la negociación a corto plazo, el mercado está valorando los fundamentales".
Por otra parte, la necesidad potencial de proporcionar respaldo financiero a las agencias esponsorizadas por el Gobierno (GSEs), como Fannie Mae o Freddie Mac, supone un mayor riesgo fiscal para la calificación crediticia AAA de EEUU que los derivados por el apoyo al sector de la banca de inversión e intermediación, señala Standard & Poor's.
De acuerdo con dos informes elaborados por analistas de la agencia de calificación, en el caso de una recesión profunda y prolongada, el máximo coste potencial de respaldar a la banca de inversión e intermediación se mantiene "relativamente pequeño", por debajo del 3 por ciento del PIB, en comparación con el tamaño de la economía.
EEUU respalda la mala deuda de los bancos
No obstante, los analistas de S&P destacan que una medida equivalente para las GSEs, junto a los préstamos y garantías extendidas por las agencias garantizadas por el Gobierno, resulta en un potencial coste fiscal para el Gobierno de alrededor del 10 por ciento del PIB.
Este escenario podría originar una carga material fiscal para el Gobierno que supondría una presión a la baja para su rating, según John B. Chambers, presidente del comité de ratings soberanos de S&P. Asimismo, el documento apunta que el papel de proporcionar mayor liquidez al mercado secundario por parte de las agencias hipotecarias esponsorizadas se produce en un momento de mayores riesgos en el mercado inmobiliario y con el deterioro de las condiciones financieras.
"Las GSEs hipotecarias hacen frente a un incremento de la demanda de financiación hipotecaria a la vez que las necesidades de captar capital y mejorar sus ingresos las sitúan bajo una extrema presión por la histórica debilidad del mercado de la vivienda y las dificultades del mercado de titulizaciones", indica la analista de crédito de S&P, Victoria Wagner.
"Esperamos que las GSEs hipotecarias capten sustanciales cantidades de recursos para hacer frente a sus necesidades de capitalización. Vigilaremos de cerca sus próximos planes para apuntalar su base patrimonial para intentar conservar la calificación AA- y limitar el riesgo que representan para la calificación AAA del Gobierno de EEUU", añade.