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"EEUU no es inmune a padecer una crisis de deuda como la europea"

Ahora, incluso las potencias más solventes, como Alemania o Estados Unidos, sufren la desconfianza de los mercados. Libertad Digital entrevista en exclusiva a Emily Skarbek, responsable de MyGovCost, entidad que analiza en qué gasta Washington el dinero de los contribuyentes.

Ahora, incluso las potencias más solventes, como Alemania o Estados Unidos, sufren la desconfianza de los mercados. Libertad Digital entrevista en exclusiva a Emily Skarbek, responsable de MyGovCost, entidad que analiza en qué gasta Washington el dinero de los contribuyentes.

En el caso norteamericano, las preocupaciones de los mercados pueden estar justificadas por la política fiscal insostenibleque se lleva aplicando desde la legislatura de George W. Bush. Sin duda, esta tendencia se ha visto agravada por todas las medidas anti-crisis de Obama, que están resultando carísimas a los ciudadanos norteamericanos y contribuyen a acumular niveles de deuda estratosféricos.

Precisamente, para comprobar la magnitud de la carga del Gobierno sobre los estadounidenses, analistas e investigadores del Independent Institute, han desarrollado una herramienta llamada la Calculadora del Coste del Gobierno (MyGovCost.org).

Entrevistamos en exclusiva a Emily Skarbek, profesora de economía y directora de esta plataforma, que nos cuenta acerca del funcionamiento de la aplicación y su visión de la situación actual de la economía estadounidense.

Pregunta (P): ¿Qué aporta de nuevo la Calculadora del Coste del Gobierno (MyGovCost) a los indicadores estándar sobre el tamaño o peso del gobierno sobre la economía (como la presión fiscal o el gasto público sobre el PIB)?

Respuesta (R): MyGovCost es distinta a otras medidas del peso del gobierno en tres aspectos. Primero, la Calculadora le da a cada usuario una estimación personalizada de lo que es probable que tenga que pagar en impuestos del gobierno federal a lo largo de su vida. Segundo, y quizás más interesante, la Calculadora le informa al ciudadano acerca del valor en dólares que esas contribuciones en forma de impuestos representarían si hubiera ahorrado e invertido ese dinero privadamente en la bolsa. Finalmente, la Calculadora muestra a los individuos cuáles son los costes reales de la deuda del gobierno en el momento actual y a lo largo de su vida.

Además, la Calculadora desglosa todas estas cifras por áreas de gasto federal. Por ejemplo, si la gente quiere saber lo que les está costando la guerra en Iraq o la Seguridad Social, es posible hacerlo aislando esas partidas del resto.

P: ¿Qué buscan comunicar al público general con esta aplicación?

R: La Calculadora del Coste del Gobierno está diseñada para ayudar a la gente a entender cuáles son los costes totales de las iniciativas de gasto del gobierno y los programas de ayuda social. La Calculadora proporciona transparencia al gasto federal facilitando la tarea a cualquiera que quiera averiguar lo que les están costando determinados proyectos; y más importante, los ingresos a los que están renunciando por el hecho de tener que pagar impuestos para financiar estos programas.

Lo que resulta sorprendentemente obvio a las personas que usan nuestra aplicación es la desbocada magnitud del déficit del presupuesto proyectado del gobierno. Si las experiencias de Grecia e Irlanda nos han enseñado algo, es que América no es inmune al mismo tipo de crisis fiscal que está ocurriendo en la Unión Europea. Los gobiernos tienen una propensión natural a continuar incrementando el gasto -creciendo en tamaño y alcance- a expensas del futuro crecimiento y la prosperidad de sus ciudadanos.

P: ¿Cuál es su postura sobre el movimiento del Tea Party? ¿Tiene algo que ver con el elevado coste del gobierno que revela su Calculadora?

R: Es difícil calificar al movimiento Tea Party porque está compuesto por gran número de estadounidenses que mantienen un amplio abanico de puntos de vista distintos. No obstante, la característica que une al grupo parece ser la de un fuerte descontento con el tamaño y alcance del gobierno federal.

El apetito insaciable hacia mayores cargas fiscales, unido con un aumento en el control del gobierno sobre varios aspectos de la vida privada, ha conducido a un mayor número de americanos a estar descontentos con la política de partidos en Washington. El desorden fiscal y monetario en el que está Estados Unidos en estos momentos, no es resultado ni de los Demócratas ni de los Republicanos. El problema tiene sus raíces profundas en la incapacidad de crear suficientes controles sobre la propensión del gobierno para gastar por encima de sus ingresos.

Seguramente, estos grupos estarán interesados en MyGovCost, aunque los servicios que proporcionados en el sitio web atraerán a todos los contribuyentes -independientemente de la afiliación política-. Por ejemplo, si una persona se opone con fuerza contra la guerra en Iraq y el gasto en defensa, puede fácilmente usar la Calculadora para averiguar cuánto le están costando esos programas particulares. Por el otro lado, si apoya la guerra pero está firmemente en contra de los rescates del gobierno, los datos que busca le aparecerán fácil y personalmente particularizados.

P: ¿Qué partidas del presupuesto del gobierno federal son las más gravosas sobre los ciudadanos norteamericanos?

R: Los programas sociales de Medicare, Medicaid, y la Seguridad Social representan de lejos las porciones más importantes del creciente coste del gobierno federal. Estos programas y políticas son además los que, en la mente de los americanos, menos se piensa que sean los que más cuestan y mayores recursos detraen del presupuesto.

Reformar estos programas es crucial porque representan masivas deudas no financiadas que están contribuyendo al rápido incremento de la deuda federal. La Seguridad Social está actualmente pagando más de lo que recibe. Sin algún cambio en la edad de jubilación o las prestaciones, el sistema actual es del todo insostenible.

P: Desde Europa, mucha gente ve a los Estados Unidos como el paraíso de la libertad económica, donde reinan los mercados totalmente libres y el capitalismo salvaje. ¿Qué hay de cierto en este punto de vista?

R: El mercado es un poderoso motor para la creación de riqueza, crecimiento, y prosperidad. Históricamente Estados Unidos fue el gran experimento de la libertad -demostrando que las fuerzas creativas del ingenio humano pueden desarrollarse cuando se deja a los individuos libres para producir e intercambiar-.

Desde la Gran Depresión, sin embargo, los Estados Unidos han adoptado, incrementalmente, políticas que limitan las libertades económicas de sus ciudadanos e incrementan el tamaño y poder del gobierno federal. Con aumentos en la regulación vinieron las dádivas a las corporaciones, el gasto de corte "social", y todo tipo de privilegios conseguidos a expensas de la competencia.

El "mercado libre" significa libre competencia, y con demasiada frecuencia esta idea sólo se invoca para apoyar a las grandes corporaciones (big business). En años recientes, los EEUU han experimentado notables decrementos en la libertad financiera, monetaria, y otro tipo de libertades económicas.

En la actualidad, el programa de estímulos vía gasto público ha fracasado, y nos ha dejado con más deuda. El clima regulatorio incierto y altas tasas impositivas continúan perjudicando el crecimiento económico. La actividad empresarial y emprendedora es obstaculizada en estas condiciones, pero no desaparece. Los mercados americanos seguirán produciendo innovaciones y nuevos productos y servicios para el consumo mundial.

Las pérdidas reales de las políticas regulatorias crecientemente invasivas son los productos, innovaciones, e invenciones que se evitan por el gasto despilfarrador y la burocracia del estado. Los EEUU, aunque más competitivos y libres que muchos lugares de Europa, están lejos de ser el faro de la libertad económica que una vez fueron, y se requeriría un cambio regulatorio sustancial para volver a un tamaño de gobierno que liberara las fuerzas productivas que hicieron ganar a América su reputación.

P: ¿Qué piensa acerca de las acciones que se tomarán en el futuro próximo en relación con las cuentas públicas? ¿Son ahora los recortes más factibles que antes de que los republicanos ganaran las últimas elecciones mid-term?

R: La victoria Republicana en la Cámara de Representantes significa que el Congreso se va a enfrentar a un mayor atasco desde las elecciones. Aunque esto no asegura que los recortes de gasto se producirán, sí implica que será más difícil que se apruebe legislación para aumentar el gasto, lo que significa un menor crecimiento en el ritmo de expansión del gobierno.

En lo que se refiere a la aprobación de recortes sustanciales en el presupuesto, aquéllos que se acaben aceptando al final, probablemente, no afectarán al programa de asistencia sanitaria y serán retrasados en el tiempo. Por otra parte, los cambios en el programa de la Seguridad Social parecen políticamente más aceptables aquí en comparación con Europa.

P: ¿Ve viable un recorte sustancial en el tamaño, alcance, y poder del gobierno federal en un futuro próximo? ¿Qué condiciones deberían cumplirse para que esto se produjera?

R: Si el Congreso aprueba algún tipo de recorte en el gasto, éstos reflejarán algún nivel de compromiso político. Para asegurar que los cambios sean significativos y duraderos, y evitar que se vayan acumulando y agravando los problemas, algunos cambios significativos en las reglas del juego deben tenerse presentes, como una enmienda a favor del presupuesto equilibrado, la reforma de la Seguridad Social o la abolición de la Reserva Federal.

En parte, esto requiere un cambio en la ideología predominante, y en parte requiere que las propuestas de reforma estén disponibles cuando llegue el momento adecuado. Para que esto ocurra, la gente tiene que querer estar libre de la regulación y control del gobierno. El incremento en las libertades económicas requerirá tanto cambios sociales como políticos, y en mi opinión, éstos suelen ocurrir simultáneamente, no secuencialmente.

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