LD (EFE) El acuerdo culmina un año de negociaciones y llega un día después de la fecha límite fijada para alcanzarlo. El TLC no contará por ahora con la firma de Costa Rica, que pidió más tiempo para analizar las propuestas estadounidenses y aplazó las negociaciones bilaterales con Washington hasta enero.
Los negociadores terminaron así una intensa ronda de conversaciones, iniciadas el pasado 8 de diciembre, en la que han tenido que solventar los temas más difíciles de sus relaciones comerciales, como los agropecuarios, telecomunicaciones y textiles.
Hasta el martes seguían pendientes asuntos de gran importancia para Centroamérica como el volumen de la cuota de azúcar que Washington permitirá que entre en su mercado y la posibilidad de conceder un trato aduanero preferencial a las confecciones de la región elaboradas con telas de terceros países. Este último punto mantuvo a los negociadores despiertos durante gran parte de la pasada noche, debido a la oposición de la industria textil estadounidense a cualquier concesión.
La Casa Blanca prevé enviar el acuerdo al Congreso en marzo o abril para que pueda ser aprobado en junio o julio. El Gobierno estadounidense se enfrenta a una dura batalla en este foro, ya que numerosos legisladores ya han manifestado su oposición al texto debido a unas cláusulas laborales que consideran insuficientes y a otros aspectos del texto.
República Dominicana comenzará en enero las negociaciones para sumarse al tratado. Si Santo Domingo y San José terminan firmándolo, el bloque de seis países se convertirá en un socio comercial para Estados Unidos más importante que Brasil.
Los negociadores terminaron así una intensa ronda de conversaciones, iniciadas el pasado 8 de diciembre, en la que han tenido que solventar los temas más difíciles de sus relaciones comerciales, como los agropecuarios, telecomunicaciones y textiles.
Hasta el martes seguían pendientes asuntos de gran importancia para Centroamérica como el volumen de la cuota de azúcar que Washington permitirá que entre en su mercado y la posibilidad de conceder un trato aduanero preferencial a las confecciones de la región elaboradas con telas de terceros países. Este último punto mantuvo a los negociadores despiertos durante gran parte de la pasada noche, debido a la oposición de la industria textil estadounidense a cualquier concesión.
La Casa Blanca prevé enviar el acuerdo al Congreso en marzo o abril para que pueda ser aprobado en junio o julio. El Gobierno estadounidense se enfrenta a una dura batalla en este foro, ya que numerosos legisladores ya han manifestado su oposición al texto debido a unas cláusulas laborales que consideran insuficientes y a otros aspectos del texto.
República Dominicana comenzará en enero las negociaciones para sumarse al tratado. Si Santo Domingo y San José terminan firmándolo, el bloque de seis países se convertirá en un socio comercial para Estados Unidos más importante que Brasil.