(Libertad Digital) El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Wim Duisenberg, dijo que las perspectivas para lograr la estabilidad de precios a medio plazo en el área euro han mejorado en los últimos meses. Duisenberg añadió que la debilidad del crecimiento económico en la zona euro, así como la reciente apreciación del euro, han contribuido a esta mejora. Para el banquero holandés, esta medida es "sólo una gota en un mar de incertidumbre".
Duisenberg reconoció de nuevo que, "en vista de los últimos acontecimientos, el panorama para el crecimiento económico en el área euro en 2003 se ha debilitado en comparación con las expectativas previas". En este sentido el BCE prevé ahora un crecimiento económico muy moderado en el área para este año "debido sobre todo a las tensiones geopolíticas y al asociado incremento de los precios".
El BCE recortó los tipos en diciembre del año pasado, por última vez, y desde entonces había preferido esperar a ver los efectos de esta decisión sobre la economía antes de modificarlos de nuevo. Ahora Duisenberg adelante que "dependiendo de futuros acontecimientos, el consejo de gobierno está preparado para actuar de manera decisiva y puntual". "Una gota es mejor que dos gotas", dijo el presidente del BCE al comentar la reducción de un cuarto de punto del precio del dinero, en lugar de medio punto que esperaban algunos analistas.
Por su parte, el euro subió este jueves tras el recorte de los tipos de interés y volvió a superar la marca de los 1,1 dólares, su valor máximo de los últimos cuatro años. Al final de la sesión, la moneda única se cambió en el mercado de divisas de Francfort a 1,0984 dólares, frente a los 1,0962 dólares de la apertura. Por su parte, el Banco Central Europeo fijó el cambio oficial del euro en 1,0963 dólares.
Unos tipos de interés más bajos provocarán previsiblemente más peticiones de créditos y más dinero en circulación, más consumo y, por tanto, más inflación. España, con una inflación cercana al 4 por ciento, es uno de los países más perjudicados por esta decisión. Si a esto le sumamos la repercusión que tendría en los precios de la vivienda , al aumentar previsiblemente la demanda, la conclusión es bastante clara. Sin embargo, Alemania, con un crecimiento cero, un escaso consumo y una inflación del 1,1 por ciento, es uno de los países más interesados en la reducción de los tipos.
Duisenberg reconoció de nuevo que, "en vista de los últimos acontecimientos, el panorama para el crecimiento económico en el área euro en 2003 se ha debilitado en comparación con las expectativas previas". En este sentido el BCE prevé ahora un crecimiento económico muy moderado en el área para este año "debido sobre todo a las tensiones geopolíticas y al asociado incremento de los precios".
El BCE recortó los tipos en diciembre del año pasado, por última vez, y desde entonces había preferido esperar a ver los efectos de esta decisión sobre la economía antes de modificarlos de nuevo. Ahora Duisenberg adelante que "dependiendo de futuros acontecimientos, el consejo de gobierno está preparado para actuar de manera decisiva y puntual". "Una gota es mejor que dos gotas", dijo el presidente del BCE al comentar la reducción de un cuarto de punto del precio del dinero, en lugar de medio punto que esperaban algunos analistas.
Por su parte, el euro subió este jueves tras el recorte de los tipos de interés y volvió a superar la marca de los 1,1 dólares, su valor máximo de los últimos cuatro años. Al final de la sesión, la moneda única se cambió en el mercado de divisas de Francfort a 1,0984 dólares, frente a los 1,0962 dólares de la apertura. Por su parte, el Banco Central Europeo fijó el cambio oficial del euro en 1,0963 dólares.
Unos tipos de interés más bajos provocarán previsiblemente más peticiones de créditos y más dinero en circulación, más consumo y, por tanto, más inflación. España, con una inflación cercana al 4 por ciento, es uno de los países más perjudicados por esta decisión. Si a esto le sumamos la repercusión que tendría en los precios de la vivienda , al aumentar previsiblemente la demanda, la conclusión es bastante clara. Sin embargo, Alemania, con un crecimiento cero, un escaso consumo y una inflación del 1,1 por ciento, es uno de los países más interesados en la reducción de los tipos.