L D (Agencias) Las organizaciones de desempleados de Argentina llevan protagonizando protestas toda la semana. Este viernes tenían previsto realizar marchas por la capital (Buenos Aires) hasta la Casa Rosada y manifestaciones ante sedes de organismos públicos y empresas privadas, lo que ha llevado a la Policía Federal a recomendar el desalojo.
En convocatorias anteriores, la sede de Repsol YPF fue objeto de ataques. El pasado mes de mayo, se arrojaron al edificio artefactos incendiarios, que causaron desperfectos en el inmueble y la evacuación del personal. El día 10 de este mes, los activistas tomaron el salón de entrada de la sede hasta ser recibidos por representantes de la compañía y agredieron a un empleado. Por estos hechos, la empresa ha presentado una denuncia judicial.
Según el líder del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados, agrupación que junto a la Corriente Clasista y Combativa encabeza las acciones, los manifestantes exigen, entre otras cosas, “alimentos para comedores populares y útiles escolares”. El objetivo de todas estas campañas ha sido reclamar, tanto a la petrolera como al Gobierno de Néstor Kirchner, ayudas para el mantenimiento de estos comedores, donde asisten desempleados y personas con pocos recursos económicos. Para lograrlo, amenazan con “ocupar edificios en forma sincronizada en todo el país”.
El jefe del Gabinete, Alberto Fernández, ha advertido de que el “modo” en que se hacen las reclamaciones sólo “genera antipatía social colectiva”, por lo que pide que en las manifestaciones de este viernes “se respeten los derechos individuales de todos”.