Este martes el Gobierno ha vuelto a hablar de inflación. La Oficina Central de Estadística de Zimbabue, que no ofrece datos interanuales, ha señalado que los precios han bajado en febrero un 3,1%, después de que cayeran en enero un 2,6%. La explicación de estas reducciones viene dada por el permiso concedido por parte del Ejecutivo para que el país pudiera comerciar con divisa extranjera . Una excusa que ha utilizado también para justificar que no se hayan ofrecido cifras de inflación desde el verano pasado.
La misma oficina utiliza los dólares americanos para hacer sus estimaciones. Este mismo martes señalaba que una familia de cinco personas en el país necesitaría al menos 550 dólares mensuales para sobrevivir, pese a que el salario medio es de 100 dólares.
La moneda extranjera, incluido el dólar americano, no es el único medio de pago en el país. Las clases más pobres (casi todos los que viven en Zimbabue) ya comercian con oro, dado el valor nulo del billete local en comparación con otras divisas.
Tan escaso es que, como ya ha contado este diario en varias ocasiones, es más barato asearse con billetes que con papel higiénico. Unos pocos afortunados, con acceso a Internet han puesto sus billetes a la venta a través de portales de subastas como ebay. La fotografía que ilustra esta noticia ha sido tomada por Manuel Lora Mariátegui, un internauta que adquirió el billete en este portal de subastas por 9 dólares USA.
Con este escenario, no deja de resultar curioso que las autoridades hablen de bajada generalizada de precios, o incluso de proceso deflacionario, cuando hace unos meses la inflación estimada por algunos analistas se contaba en billones por ciento.
Simplificando, se antoja imposible calcular el impacto real de una inflación intermensual del -3,1% cuando una hogaza de pan puede alcanzar un precio de 3 billones de dólares Zimbabuenses. Quizá, ahora cueste 2,999999 billones.
Por otro lado, tampoco resulta aplicable, de facto, a la comercialización de productos que se intercambian por oro. Según las últimas informaciones, una barra de pan se cambiaba por 0,3 gramos de oro. Aunque aún no se ha confirmado si los comerciantes de las áreas rurales del país han visto sus transacciones afectadas por la caída de precios.
Con todo, el ministro de Hacienda, Tendai Biti, estimó la semana pasada que la normalización del uso de moneda extranjera como medio de pago contribuirá a estabilizar los precios y la inflación caería un 10% a final de año. En cualquier caso, la política de recuperación económica impulsada por el Gobierno de unidad entre Mugabe y el primer ministro Morgan Tsvangirai, está basado en la recuperación de las donaciones humanitarias que llegan de países occidentales y que se encontraban estancadas.
De momento, el país continúa soportando un paro superior al 95% y un preocupante brote de cólera que afecta a 2.000 personas cada semana. Unas cifras que se han reducido, según la OMC, ya que a primeros de marzo esta enfermedad afectaba a casi 4.000 personas cada semana y a 8.000 por semana en febrero.