Según informaron fuentes de la Embajada en la capital peruana, las protestas movilizaron a unas 70 personas y en torno a 30 de ellas lograron entrar en la legación diplomática aproximadamente a las 15:00 horas. La mayoría de estos afectados abandonaron la Embajada poco después con la promesa de que les darían una respuesta a sus reclamaciones en los próximos días.
Uno de los trabajadores de la Embajada explicó al diario peruano El Comercio que "el miércoles por la mañana tendrán una respuesta del Gobierno español". Las principales quejas de los congregados guardan relación con el miedo a perder el trabajo en España y a la imposibilidad de pagar un nuevo pasaje.
Miguel Ojeda, un ciudadano peruano que acudió a la manifestación, denunció haber sido agredido por parte de los vigilantes de la Embajada y explicó que su empleo depende de que se suba a un avión de forma inminente. "Tengo que estar en España mañana. Trabajo en construcción desde hace seis años y ahora podría perder el empleo", lamentó.