LD (L. Ramírez) María Teresa Fernández de la Vega compareció en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros y, ante varias preguntas de periodistas, se vio obligada a hablar de la polémica suscitada tras la intervención en el Congreso del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
Mafo, como se le conoce en el ámbito económico y político exigió una reforma del sistema de pensiones para garantizar su futuro, criticó el gasto público del Gobierno y dijo que el superávit de la Seguridad Social está en peligro.
De la Vega intentó la cuadratura del círculo, ya que intentó defender al mismo tiempo al gobernador y al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, quien tras la comparecencia de Fernández Ordóñez en el Congreso de los Diputados, se mostró visiblemente enfadado con el responsable del organismo supervisor y le acusó de sembrar la desconfianza entre los ciudadanos y de excederse en sus competencias por hablar del mercado laboral.
Todo ello a pesar de que el propio Ministerio de Trabajo reconoce que las pensiones de los que en la actualidad tienen menos de 50 años no están aseguradas y de que Mafo comparecía en la Comisión del Pacto de Toledo a petición de PSOE y PP. Este organismo es el encargado de velar por el futuro de las pensiones.
De la Vega destacó la “autonomía” del Banco de España –no habló de independencia como en otras ocasiones- y justificó que el gobernador hiciera el análisis que estimara oportuno, recordando a Cobacho que “debe respetarle” porque entre sus tareas está la de asesorar al Ejecutivo.
“Estamos muy comodos con él, comodísimos”, espetó en referencia a Mafo, las discrepancias entre el Gobierno y el Banco de España sobre el futuro del sistema de pensiones están dentro de la "absoluta normalidad".
No obstante, mostró su desconocimiento cuando cometió el error de atribuirle la política monetaria, que, desde la entrada de España en la eurozona, es competencia del Banco Central Europeo (BCE).
Algo parecido le ocurrió al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cuando dijo hace un año en el Congreso que el Euribor (tipo de interés al que se referencian la mayoría de las hipotecas en España) es competencia del BCE, cuando en realidad lo fija el mercado interbancario, es decir, la oferta y demanda de préstamos entre entidades financieras.
Ademas, la vicepresidenta explicó que “en la mayoría de las ocasiones la labor de asesoría del Banco de España coincide con las opiniones del Gobierno”, aunque precisó que “en esta ocasión” no es así.
La postura oficial de Moncloa es que el superávit de más de 57.000 millones de euros de la Seguridad Social no se acabará este año, pero no aclaran cual será su futuro. El Banco de España asegura que, de continuar la destrucción de empleo, agotará el superávit en 2010, una postura que defiende también el PP y todos los analistas del mercado laboral.
De la Vega admitió –e incluso se jactó- de que todas las reformas que sean necesarias “se harán de la mano de los agentes sociales”, es decir, patronal, CCOO y UGT. Precisamente, a este respecto el secretario general de UGT, Cándido Méndez, calificó a Mafo de "vanidoso y fanático".
La vicepresidenta aprovechó su intervención para alabar la gestión del presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, en materia social.
“El Gobierno no va a dar un paso atrás en nuestro sistema de protección social, hemos subido las pensiones mínimas y hemos elevado todas las prestaciones... y el salario mínimo internacional, y hemos elevado el Fondo de Reserva de la Seguridad Social y seguiremos avanzando de la mano de los agentes sociales”, declaró.