Corbacho ha explicado que el Gobierno ya ha "intercambiado opiniones" con las distintas partes sobre esta propuesta, que ha sido "bien recibida" tanto por los sindicatos como por los empresarios.
Según el ministro, el método alemán sería un "instrumento más" para conseguir que los "ajustes" en el mercado de trabajo se produzcan por la vía de la reducción de los tiempos de trabajo y no por la de la destrucción de empleo.
El Gobierno espera acordar medidas concretas con ambas partes a partir del próximo mes de enero, que es también cuando tiene previsto convocar una "reunión tripartita" entre Estado, patronal y sindicatos, detalló. De hecho, el Ejecutivo espera que dicha reunión sea "consecuencia ya de la reanudación del diálogo social", explicó Corbacho.
El ministro español hizo estas declaraciones durante una rueda de prensa celebrada con ocasión de la reunión bilateral que mantuvo esta mañana con su homólogo italiano, Maurizio Sacconi. Entre otros temas, Corbacho aprovechó su visita a Roma para exponer a Sacconi las iniciativas en materia laboral que el Gobierno español pretende impulsar durante su próxima presidencia de la Unión Europea.
Lo que no cuenta Corbacho del "modelo alemán"
Al hablar del "modelo alemán", Corbacho sólo se refiere a la reducción de la jornada laboral en la que la Administración compensa económicamente las horas no trabajadas. Una fórmula que existe en España. Se trata de la prestación por desempleo que reciben aquellos afectados por un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) autorizado por el Ministerio de Trabajo.
Esto significa que en nuestro país ya se combinan los subisidios por desempleo para cubrir horas perdidas con la reducciónd e jornada laboral como alternativa al despido. No obstante, a diferencia de Alemania, es una opción que los empresarios desestiman porque, al contrario que en España, el Estado alemán compensa también las cotizaciones sociales de las empresas.
El sistema germano cubre el 60% del sueldo que dejan de percibir los empleados en las horas no trabajadas y les permite tener otros trabajos, además de pagar parte de las cotizaciones sociales. En este caso, la reducción es de hasta el 100% si el empleado está en un curso de formación.
El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, explicó en el debate sobre los Presupuestos Generales del Estado, en el Congreso, que hace falta abordar un nuevo sistema laboral que permita a las empresas hacer "suspensiones de horarios", tal como ocurre en Alemania.
Revisar utilización de fondos europeos
En particular, Tanto Corbacho como Maurizio Sacconi hicieron hincapié este martes en la necesidad de revisar el modo y la cantidad en que se están utilizando los fondos sociales europeos para afrontar la crisis y especialmente el problema del paro.
Corbacho también anunció la intención de España de evaluar "el nivel de aplicación" del pacto europeo de inmigración y mejorar las políticas desde el punto de vista de la "cooperación con los países de origen".
"Si queremos una inmigración legal no basta sólo con vigilar las fronteras sólo desde el lado de Europa sino también desde los países de origen", aspecto sobre el que puso el ejemplo de España, donde la situación "ha mejorado" gracias al impulso que se ha dado a la colaboración con países como Marruecos, Argelia, Mauritania o Senegal, a juicio del ministro.
Otro de los aspectos que la presidencia española de la UE se ha propuesto abordar es el problema de los menores no acompañados que llegan a Europa de modo ilegal, fenómeno que es "cada vez mayor" en Francia, Italia y España, lamentó.
Corbacho ya ha hablado de esta cuestión con sus homólogos francés e italiano y lo hará próximamente con el alemán, con el objetivo de llegar a un acuerdo para repartir a estos menores por todo el territorio europeo.
Por su parte, el ministro Sacconi apostó por una política de integración de los inmigrantes distinta a la que llevan a cabo Francia o Reino Unido, cuyo modelo se basa en el multiculturalismo. Para Italia, en cambio, la integración pasa por "reafirmar la identidad nacional", cuestión sobre la que el Gobierno de Silvio Berlusconi se propone presentar un plan nacional especial antes de que termine este año.
Además, Sacconi explicó que el Gobierno está valorando la posibilidad de aprobar una especie de "ciudadanía por puntos" con la que, más allá de llevar en Italia un determinado número de años, los inmigrantes tendrán que superar una serie de exámenes en los que se valorarán sus conocimientos de la lengua, la cultura y la Constitución italianas.
Preguntado al respecto, Corbacho se desmarcó de este asunto y aseguró que España "no se plantea" propuestas similares. En cuanto a la decisión tomada hace unos meses por Italia de introducir el delito de inmigración clandestina, el ministro español dijo que nuestro país ha preferido impulsar otro tipo de medidas en la lucha contra la inmigración ilegal, tales como fomentar la contratación laboral en origen.