LD (EFE) El presidente venezolano conversó con periodistas junto a su colega de Bolivia, Evo Morales, con quien llegó a la ciudad fronteriza argentina de Puerto Iguazú para reunirse de urgencia con los jefes del Estado de Argentina, Néstor Kirchner, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
La reunión fue convocada de urgencia por Brasil para analizar la situación creada por la nacionalización de los hidrocarburos decretada en Bolivia el pasado lunes, que afecta sensiblemente a petroleras como la brasileña Petrobras y la hispano-argentina Repsol YPF.
Chávez ha reiterado su apoyo a lo que calificó como "decisión soberana de Bolivia" y ha manifestado su confianza en que "la voluntad de los líderes permitirá superar las divergencias". Las "tensiones" a las que aludió el presidente venezolano parecían evidentes hasta en el restaurante del hotel, donde ministros y asesores brasileños y argentinos conversaban y tomaban café juntos, separados de las delegaciones de Bolivia y Venezuela, que departían entre ellas, según pudo comprobar Efe.
La reunión de jefes de Estado en esta ciudad del nordeste argentino fue organizada contrarreloj a petición de Lula, alarmado por el impacto que la medida tomada por Morales tendrá en la economía brasileña, según dijeron el miércoles a Efe fuentes diplomáticas. Después de que Morales anunciara la nacionalización de los hidrocarburos, Lula y Kirchner acudieron a la cita a sabiendas de que el gobernante boliviano se propone aumentar sustancialmente el precio del gas que consumen sus respectivos países, indicaron las fuentes. En este sentido, destacaron que el presidente venezolano, Hugo Chávez, aparece como el invitado con la postura más cercana a la de Evo Morales.
La nacionalización de los 56 campos petroleros bolivianos, anunciada el 1 de mayo pasado, afecta sobremanera a los negocios de petroleras extranjeras, entre ellas Petrobras y Repsol YPF. El 75 por ciento del gas importado desde Bolivia es consumido por el gigantesco polo industrial del estado de Sao Paulo, motor de la economía brasileña. En los últimos días varios funcionarios bolivianos han destacado que el Gobierno de Evo Morales respetará los acuerdos de provisión de gas a Argentina y Brasil, al mismo tiempo que advirtieron que habrá que renegociar las condiciones.
Bolivia, que posee las mayores reservas de gas de Suramérica después de Venezuela, tiene hasta fin de año un acuerdo con Argentina para la provisión de hasta siete millones de metros cúbicos diarios del hidrocarburo a 3,18 dólares por BTU (Unidades Térmicas Británicas).
La reunión fue convocada de urgencia por Brasil para analizar la situación creada por la nacionalización de los hidrocarburos decretada en Bolivia el pasado lunes, que afecta sensiblemente a petroleras como la brasileña Petrobras y la hispano-argentina Repsol YPF.
Chávez ha reiterado su apoyo a lo que calificó como "decisión soberana de Bolivia" y ha manifestado su confianza en que "la voluntad de los líderes permitirá superar las divergencias". Las "tensiones" a las que aludió el presidente venezolano parecían evidentes hasta en el restaurante del hotel, donde ministros y asesores brasileños y argentinos conversaban y tomaban café juntos, separados de las delegaciones de Bolivia y Venezuela, que departían entre ellas, según pudo comprobar Efe.
La reunión de jefes de Estado en esta ciudad del nordeste argentino fue organizada contrarreloj a petición de Lula, alarmado por el impacto que la medida tomada por Morales tendrá en la economía brasileña, según dijeron el miércoles a Efe fuentes diplomáticas. Después de que Morales anunciara la nacionalización de los hidrocarburos, Lula y Kirchner acudieron a la cita a sabiendas de que el gobernante boliviano se propone aumentar sustancialmente el precio del gas que consumen sus respectivos países, indicaron las fuentes. En este sentido, destacaron que el presidente venezolano, Hugo Chávez, aparece como el invitado con la postura más cercana a la de Evo Morales.
La nacionalización de los 56 campos petroleros bolivianos, anunciada el 1 de mayo pasado, afecta sobremanera a los negocios de petroleras extranjeras, entre ellas Petrobras y Repsol YPF. El 75 por ciento del gas importado desde Bolivia es consumido por el gigantesco polo industrial del estado de Sao Paulo, motor de la economía brasileña. En los últimos días varios funcionarios bolivianos han destacado que el Gobierno de Evo Morales respetará los acuerdos de provisión de gas a Argentina y Brasil, al mismo tiempo que advirtieron que habrá que renegociar las condiciones.
Bolivia, que posee las mayores reservas de gas de Suramérica después de Venezuela, tiene hasta fin de año un acuerdo con Argentina para la provisión de hasta siete millones de metros cúbicos diarios del hidrocarburo a 3,18 dólares por BTU (Unidades Térmicas Británicas).