L D (Agencias) El grupo de socios liderado por el empresario Francesco Gaetano Caltagirone (un hombre cercano a Berlusconi y que ya trató de hacerse con la inmobilairia española Metrovacesa antes de su fusión con Bami), que desde hace meses intenta arrebatar la gestión de la BNL al BBVA –socio mayoritario, con el 14,7%–, debe afrontar, en medio de numerosas especulaciones, el nuevo panorama que se ha dibujado a raíz de la eventual Oferta Pública de Adquisición (OPA).
El movimiento del banco español ha obligado a este "contra-pacto" a abandonar el plan que barajaba en un principio, que contemplaba la entrada en el accionariado de la BNL de un nuevo socio, el Banco Popolare de Verona y Novara (BPVN), para perfilar a su alrededor la escalada. No obstante, al conocer el anuncio de la OPA el BPVN decidió retirarse de la batalla, lo que ha planteado un escenario difícil a los socios que se oponen a que la banca romana pase a manos extranjeras.
Una de las alternativas que cabe es la de cerrar filas y negarse en bloque a adherirse a la oferta del BBVA, pero para que esta estrategia tenga éxito deben lograr que sea secundada por al menos el 51 por ciento del capital. Según el diario económico "Il Sole 24 Ore", al "contra-pacto", que posee cerca del 24 por ciento del capital, están dispuestos a unirse contra los españoles el grupo Unipol, con una cuota del 2 por ciento; el Monte Paschi de Siena, con el 4,4 por ciento; y la Banca Popolare di Vicenza, con el 3,5 por ciento.
El mismo periódico señala que el grupo tendría "un as en la manga": el posible apoyo de la aseguradora Generali, actualmente aliada del BBVA, con el que firmó un pacto de gestión -al que también pertenece el empresario local Diego Della Valle- que les permite la gestión conjunta de la BNL. Con el lanzamiento de la OPA, tanto Generali (que posee un 8,72 por ciento de la entidad) como Della Valle (4,99 por ciento) quedarían exentos de los compromisos adquiridos con el pacto de gestión.
El respaldo de los actuales aliados del BBVA daría al "contra-pacto" una cuota de cerca del 47 por ciento del capital, que, según el rotativo, podría ascender al 51 por ciento con el respaldo de accionistas minoritarios como el argentino Franco Macri o el empresario local Emilio Gnutti. Una vez logrados los apoyos suficientes para evitar el éxito de la OPA del banco español, los accionistas italianos aliados establecerían un nuevo pacto de gestión, según la hipótesis que baraja "Il Sole 24 Ore".
Esta posibilidad, no obstante, la consideran lejana otros medios italianos, que apuntan a que el núcleo que se opone al BBVA no tiene perspectivas de encontrar el respaldo necesario para hacer fracasar la oferta. La entidad española depositó la semana pasada la documentación preliminar a la OPA en el Banco de Italia, que durante esta semana debe pronunciarse sobre la existencia de posibles obstáculos a la misma. Al mismo tiempo, el instituto supervisor -que tradicionalmente se ha opuesto a la entrada mayoritaria de capital extranjero en los bancos italianos- ha estrechado los contactos con las entidades locales presentes en el accionariado de la BNL para evaluar las posibilidades de que se quede en manos locales.
No obstante, la entidad tiene muy presente la advertencia lanzada por Bruselas, que el pasado febrero ya advirtió al Banco de Italia de que obstaculizar la entrada a capital extranjero en los bancos viola la normativa comunitaria y que ayer lunes indicó que vigila "de cerca" lo relativo a la OPA. Por el momento el Gobierno italiano no ha entrado en la polémica y ante la cuestión de si la "italianidad" de los bancos está en peligro, el primer ministro, Silvio Berlusconi, se limitó hoy a responder con un escueto "no".
El movimiento del banco español ha obligado a este "contra-pacto" a abandonar el plan que barajaba en un principio, que contemplaba la entrada en el accionariado de la BNL de un nuevo socio, el Banco Popolare de Verona y Novara (BPVN), para perfilar a su alrededor la escalada. No obstante, al conocer el anuncio de la OPA el BPVN decidió retirarse de la batalla, lo que ha planteado un escenario difícil a los socios que se oponen a que la banca romana pase a manos extranjeras.
Una de las alternativas que cabe es la de cerrar filas y negarse en bloque a adherirse a la oferta del BBVA, pero para que esta estrategia tenga éxito deben lograr que sea secundada por al menos el 51 por ciento del capital. Según el diario económico "Il Sole 24 Ore", al "contra-pacto", que posee cerca del 24 por ciento del capital, están dispuestos a unirse contra los españoles el grupo Unipol, con una cuota del 2 por ciento; el Monte Paschi de Siena, con el 4,4 por ciento; y la Banca Popolare di Vicenza, con el 3,5 por ciento.
El mismo periódico señala que el grupo tendría "un as en la manga": el posible apoyo de la aseguradora Generali, actualmente aliada del BBVA, con el que firmó un pacto de gestión -al que también pertenece el empresario local Diego Della Valle- que les permite la gestión conjunta de la BNL. Con el lanzamiento de la OPA, tanto Generali (que posee un 8,72 por ciento de la entidad) como Della Valle (4,99 por ciento) quedarían exentos de los compromisos adquiridos con el pacto de gestión.
El respaldo de los actuales aliados del BBVA daría al "contra-pacto" una cuota de cerca del 47 por ciento del capital, que, según el rotativo, podría ascender al 51 por ciento con el respaldo de accionistas minoritarios como el argentino Franco Macri o el empresario local Emilio Gnutti. Una vez logrados los apoyos suficientes para evitar el éxito de la OPA del banco español, los accionistas italianos aliados establecerían un nuevo pacto de gestión, según la hipótesis que baraja "Il Sole 24 Ore".
Esta posibilidad, no obstante, la consideran lejana otros medios italianos, que apuntan a que el núcleo que se opone al BBVA no tiene perspectivas de encontrar el respaldo necesario para hacer fracasar la oferta. La entidad española depositó la semana pasada la documentación preliminar a la OPA en el Banco de Italia, que durante esta semana debe pronunciarse sobre la existencia de posibles obstáculos a la misma. Al mismo tiempo, el instituto supervisor -que tradicionalmente se ha opuesto a la entrada mayoritaria de capital extranjero en los bancos italianos- ha estrechado los contactos con las entidades locales presentes en el accionariado de la BNL para evaluar las posibilidades de que se quede en manos locales.
No obstante, la entidad tiene muy presente la advertencia lanzada por Bruselas, que el pasado febrero ya advirtió al Banco de Italia de que obstaculizar la entrada a capital extranjero en los bancos viola la normativa comunitaria y que ayer lunes indicó que vigila "de cerca" lo relativo a la OPA. Por el momento el Gobierno italiano no ha entrado en la polémica y ante la cuestión de si la "italianidad" de los bancos está en peligro, el primer ministro, Silvio Berlusconi, se limitó hoy a responder con un escueto "no".