Cuando se domicilia un recibo de servicios públicos o privados o de pagos por compras en una entidad financiera, se da un número de cuenta. Si alguien cambia este número de cuenta sin el consentimiento de interesado, puede afectar a sus relaciones comerciales y ser causa de desajustes y problemas.
Preguntada la caja por este cambio, asegura que el nuevo sistema de numeración se puso en marcha en febrero de 2009 y que no afecta a los clientes. Pero si se busca en los comunicados que ha realizado de la caja en 2009 no aparece ningún aviso, ni los clientes han recibido ningún tipo de explicación o comunicación.
Desde hace unas semanas los clientes de Cajasol han comprobado que los números de las cuentas corrientes habían sufrido pequeñas transformaciones, casi imperceptibles pero apreciables claramente.
Por ejemplo, si un número de cuenta acababa en 5689 ahora termina en 5680 o si terminaba en 6667 ahora la terminación es de 6668. Es decir, el cambio afecta principalmente a la última cifra de los veinte dígitos de los que consta la cuenta corriente o de ahorro. Igualmente se han cambiado los números iniciales y dónde antes aparecía la clave de cuatro dígitos, por ejemplo, 2098 ahora aparece 2106.