(Libertad Digital) Las acciones de los dos gigantes del sector hipotecario estadounidense han sufrido un desplome en los últimos días en la Bolsa de Nueva York, ante las cada vez más insistentes dudas de los inversores sobre su salud financiera. El secretario del Tesoro, Henry Paulson, aseguró este lunes que el Gobierno planea extender su actual línea de crédito a las dos compañías semiestatales, si la situación lo requiriese.
"Fannie Mae y Freddie Mac juegan un papel central en nuestro sistema de financiación de viviendas y tienen que continuar jugándolo en su actual forma", dijo Paulson. "Su apoyo al mercado de la vivienda es especialmente importante en un momento en el que pasamos por una corrección en el sector", recalcó el secretario del Tesoro.
Paulson dijo también que el Departamento del Tesoro podría comprar acciones de las dos sociedades en crisis si fuera necesario. La portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, explicó que el plan de Paulson ”ayudará a añadir estabilidad durante este período”.
El "presidente George W.Bush le ha dado instrucciones al secretario Paulson para que trabaje de inmediato con el Congreso para que apruebe este plan”, añadió la representante de la Administración norteamericana.
Préstamo de la Fed
La Reserva Federal, por su parte, anunció que concedería a Fannie Mae y Freddie Mac un préstamo si necesitaran fondos adicionales para ayudarlas a superar los problemas financieros que afrontan.
Para ello, el banco ya cuenta con la autorización para proporcionar, en caso de emergencia, capital adicional a las dos firmas. Si las dos empresas aceptasen el crédito, tendrían que aplicarle un tipo de interés del 2,25 por ciento, el mismo que se concede a bancos comerciales y grandes firmas de Wall Street.
Estos anuncios de la Fed y del Tesoro representa el último intento del Gobierno de recuperar la confianza de los inversores en las empresas hipotecarias. Ya el viernes, cuando las acciones de las dos empresas se desplomaron en las primeras horas de negociación casi un 50 por ciento, Paulson lanzó un mensaje de calma a los mercados al asegurar que el Gobierno quiere que los gigantes hipotecarios Freddie Mac y Fannie Mae sigan adelante con su labor.
Importancia estratégica
El mensaje del Tesoro interpretó como una señal de que el Gobierno quiere que las dos firmas, que fueron creadas a instancias del Congreso y cotizan en Bolsa, sobrevivan como empresas de respaldo estatal. La salud financiera de las dos entidades centra las preocupaciones de los responsables económicos de Estados Unidos, por el importante papel que juegan en el sector hipotecario del país.
Ambas tienen en su haber o han garantizado hipotecas por valor de 5,3 billones de dólares y se teme que de tener lugar un colapso en sus operaciones se produzca un caos en el sistema financiero del país y en la economía en su conjunto.
El plan pide específicamente al Congreso que conceda al Gobierno la autoridad necesaria, durante los dos próximos años, para comprar una cantidad no especificada de dichas reservas.
Además, como ha señalado el propio Paulson, se ampliará la línea de crédito que ambas compañías tienen respecto del Tesoro, y actualmente estimada en 2.225 millones de dólares para cada una, establecidas ambas hace 40 años, cuando su deuda era mucho menor de la que se estima ahora -800.000 millones de dólares en el caso de Fannie; 740.000 millones de dólares en lo que respecta a Freddie-.
Línea de crédito del Tesoro
La línea de crédito que el Tesoro concede a las compañías es considerada por el mercado estadounidense como una señal de que ambas empresas serían "rescatadas" por el Gobierno si alguna vez se encontraran afectadas por severos problemas económicos. Se trata de un sistema de "garantía implícita", tal y como indica el diario Times, cuya existencia ha sido negada varias ocasiones por los altos funcionarios de la economía estadounidense.
Ahora, no sólo se acepta la realidad de este sistema, sino que además varios funcionarios del Tesoro y de la Reserva Federal Estadounidense (FED) hablan de un "endurecimiento" de esta garantía, y todo ello después de que el propio Paulson saliera el viernes al paso de las informaciones publicadas en la prensa estadounidense respecto a un posible "plan de contingencia" del Gobierno que colocaría a las dos entidades bajo la tutela de la Administración e implicaría que las potenciales pérdidas de las dos compañías repercutirían en los contribuyentes.
El plan que pretende adoptar ahora la administración Bush estipula además una petición adicional al Congreso para que aumente el límite de la deuda nacional, según informaron fuentes cercanas al plan al diario estadounidense. Del mismo modo, se solicitará a la cámara que conceda a la FED un papel más relevante a la hora de determinar "el colchón de capital" con el que cada compañía hipotecaria debería contar.