LD (EFE) El documento, que analiza el cumplimiento de las recomendaciones comunitarias en cada estado miembro en materia de empleo y le atribuye una calificación, recuerda que diez países (entre ellos España) recibieron indicaciones para promover la flexibilidad y seguridad en el mercado laboral.
Según indica el documento, en España "se ha producido una respuesta política insuficiente a la recomendación de revisar el marco legislativo para hacer más atractiva la contratación permanente, disuadir del uso de los contratos de duración determinada y eliminar los obstáculos a los contratos a tiempo parcial".
Según la CE, el "uso excesivo" de los contratos de duración determinada (30,6 por ciento del total en 2003) y la escasa utilización de la contratación temporal (8,5 por cinto) "siguen siendo característicos en el mercado laboral español". Por ello, Bruselas pide a España que aborde este asunto "en el futuro próximo mediante el diálogo social, ajustando los niveles de protección en los empleos estándar para hacerlos más atractivos".
De las trece recomendaciones hechas a España en 2004, ésta es la única que suspende con la nota "D", es decir, "insuficiente" (frente a "A", reformas completas; "B", reformas en marcha; y "C", reformas limitadas). Por el contrario, España aprueba con "B" en lo que respecta a la facilitación del acceso al mercado laboral de la población más vulnerable (discapacitados, inmigrantes y personas con baja formación), la formación permanente y el reforzamiento de los servicios públicos de empleo.
Según indica el documento, en España "se ha producido una respuesta política insuficiente a la recomendación de revisar el marco legislativo para hacer más atractiva la contratación permanente, disuadir del uso de los contratos de duración determinada y eliminar los obstáculos a los contratos a tiempo parcial".
Según la CE, el "uso excesivo" de los contratos de duración determinada (30,6 por ciento del total en 2003) y la escasa utilización de la contratación temporal (8,5 por cinto) "siguen siendo característicos en el mercado laboral español". Por ello, Bruselas pide a España que aborde este asunto "en el futuro próximo mediante el diálogo social, ajustando los niveles de protección en los empleos estándar para hacerlos más atractivos".
De las trece recomendaciones hechas a España en 2004, ésta es la única que suspende con la nota "D", es decir, "insuficiente" (frente a "A", reformas completas; "B", reformas en marcha; y "C", reformas limitadas). Por el contrario, España aprueba con "B" en lo que respecta a la facilitación del acceso al mercado laboral de la población más vulnerable (discapacitados, inmigrantes y personas con baja formación), la formación permanente y el reforzamiento de los servicios públicos de empleo.
Acciones de España que Bruselas considera "limitadas"
La Comisión califica de "limitadas" las acciones adoptadas por España para promover la modernización de la organización laboral, la revisión de los mecanismos de fijación salarial y los incentivos para facilitar la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo. También considera reducidos los avances en las recomendaciones destinadas a combatir el impacto del envejecimiento de la población sobre el mercado laboral, el abandono escolar temprano, las diferencias regionales en materia de empleo y la puesta en marcha de políticas para aumentar la calidad de la educación y formación.
En el análisis del contexto económico nacional, la Comisión considera que "es escaso" el progreso de España hacia los objetivos de Lisboa en materia de empleo, que pretenden lograr en 2010 una tasa de actividad del 70 por ciento y elevar el porcentaje de mujeres que trabajan hasta el 60 por ciento. Además, pone de relieve que en 2003 las disparidades regionales continuaban siendo considerables, con tasas de desempleo que variaban entre el 6,1 por ciento en La Rioja y más del triple, el 18,6 por ciento, en Andalucía.
En el análisis del contexto económico nacional, la Comisión considera que "es escaso" el progreso de España hacia los objetivos de Lisboa en materia de empleo, que pretenden lograr en 2010 una tasa de actividad del 70 por ciento y elevar el porcentaje de mujeres que trabajan hasta el 60 por ciento. Además, pone de relieve que en 2003 las disparidades regionales continuaban siendo considerables, con tasas de desempleo que variaban entre el 6,1 por ciento en La Rioja y más del triple, el 18,6 por ciento, en Andalucía.