Esta idea lleva más de seis años en Bruselas. Por fin se va a dar unas subvenciones acordes a las necesidades actuales y no a las obsoletas de producir mucho y barato. Las ayudas serán mucho más adaptadas a las necesidades de cada región. Cada región ha de fijar unos criterios y unas actuaciones que los agricultores y ganaderos tienen que realizar para poder cobrar las subvenciones. Estas normas regionales tendrán que ser aprobadas por la Comisión Europea y han de ir mucho más allá de lo exigido por las normativas medioambientales de cada región y del país miembro.