LD (EFE) El episodio del asalto a Endesa no ha llegado ni mucho menos a su final. El enfrentamiento del Gobierno español con Bruselas abre todavía un nuevo capítulo. El Gobierno de Zapatero impuso unas condiciones a E.On que fueron declaradas ilegales. Pese a ello, el Ejecutivo mantuvo su posición y ha acabado en los tribunales.
Después el Gobierno, por medio de la Comisión Nacional de la Energía, impuso otras condiciones, más laxas, a Enel y Acciona, con la intención de que su toma de control de Endesa no fuese muy onerosa y de que el control de Enel (compañía pública italiana) no llevara a la primera eléctrica de España a depender de las decisiones políticas tomadas en el otro país mediterráneo.
Condiciones de la CNE
Las condiciones de la CNE fueron anunciadas los pasados 26 de abril y 4 de julio, y posteriormente modificadas el 30 de agosto. En abril, la CNE, explicó, deberá contar con el orden del día de las Juntas de Accionistas y del Consejo de Administración de Endesa y ser informado de los acuerdos adoptados, el sentido y la motivación del voto de sus representantes en los aspectos que influyan en el interés general.
En julio, la CNE impuso otras doce condiciones, entre las que figura que Enel y Acciona deberán preservar la autonomía y la marca de Endesa, mantener su domicilio social y sus centros de decisión en España y crear una unidad orgánica dentro de la eléctrica española para gestionar sus activos nucleares.
Enel ya tira para Italia frente a España
El Gobierno, que se enfrentó con Bruselas e intervino en la CNMV para frenar a E.On en nombre de un "campeón nacional" de la energía, abrió el camino a la italiana Enel en Endesa. Luego se vio forzado a incluir en las condiciones de la CNE algunas medidas relativas a la seguridad de suministro. Pero por un lado esas medidas resultan inútiles, ya que Italia vive problemas de suministro de gas, y Enel podría destinar parte del que surte a España al país transalpino para cubrir esa carencia. Y por otro le enfrenta con Bruselas en una batalla legal que también podría acabar en los tribunales.
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